Becas y buses universitarios: Una respuesta a estudiantes del interior

La necesidad de salir de sus comunidades para estudiar y trabajar es la realidad de muchos jóvenes en Itapúa. Deben viajar largas distancias y no encuentran transporte público, entre otras problemáticas. La gobernación y la Municipalidad de Encarnación ayudan con becas limitadas. Otros municipios implementan los llamados “buses universitarios”. Son respuestas que no solucionan la cuestión de fondo, pero salvan a quienes no tienen modo de trasladarse, ni pueden cubrir los caros alojamientos.

Tomar un bus a las dos, quizás a las tres o a máximo a las cuatro de la tarde, todo depende de cuánta distancia hay entre la casa de estudios y el punto de partida, las condiciones del camino y/o el servicio de transporte disponible. Se trata de un cálculo matemático que deben hacer todos los días decenas de jóvenes del interior del departamento de Itapúa, que buscan un mejor porvenir en la ciudad.

Este es precisamente el caso de Jorge Usher, quien es uno de los tantos jóvenes que debe acomodar su agenda diaria a los horarios del bus que lo transporta a Encarnación (Capital del Departamento de Itapúa) para estudiar la carrera de sus sueños: periodismo. Su jornada de estudiante inicia desde el momento en que sale de su casa para esperar el colectivo, y culmina entre las 12 y 2 am cuando llega a su casa.

Así como él, existen decenas y decenas de jóvenes del interior que migran a la capital departamental para poder formarse como profesionales y así, a través de la educación, buscar un presente y un futuro de bienestar.

La migración a la ciudad para poder estudiar se da no solamente al estudiar una carrera profesional, sino que, en muchos casos, empieza en la etapa de la Educación Media, cuando en ciertas escuelas de distritos lejanos, no existe, por ejemplo, la famosa secundaria.

La pandemia hizo que esta problemática se vea de alguna manera en una pausa, ya que los colegios y universidades adaptaron sus sistemas de trabajo a una modalidad a distancia para salvar la situación. Aun así, estudiar en Paraguay es todo un desafío cargado de renuncias y sacrificios.

Enfocándonos en la Educación Superior, según una investigación realizada por la licenciada Aída Maidana, docente de la Facultad de Enfermería y Obstetricia de la Universidad Nacional de Asunción (UNA), que fue publicada en una revista indexada de México, la Educación Superior o universitaria sigue siendo inaccesible para un gran sector de la población paraguaya, sobre todo a la población indígena.

Los factores que influyen en la accesibilidad a un estudio terciario son muchos, principalmente los económicos. Y esta razón también influye en la deserción universitaria. Según, una publicación del 17 de noviembre del diario El espectador, denominada “Deserción universitaria en Iberoamérica alcanza el 33%”, sobre la educación terciaria en Iberoamérica, las variables que más influyen en la decisión de los estudiantes de educación superior de abandonar sus carreras están relacionadas con el género, el estado civil, los recursos económicos, la brecha educativa y el nivel de satisfacción con su programa.

Esta publicación de El espectador cita los datos recogidos de la encuesta Alfa-guía 2013 que incluyó a 14 países iberoamericanos, entre ellos Paraguay, donde se revela que existe un 12% de deserción universitaria e influyen directamente los factores individuales y socioeconómicos. A nivel Iberoamérica la deserción es del 33%.

Denuncia pública ante la falta de transporte público que pueda trasladar a estudiantes de la Universidad Nacional de Itapúa. Foto publicada en Facebook, grupo Hola Concejal. Autor: Guillermo León.

Cuando estudiar implica sacrificio

Milagros Machuca es otra de las estudiantes que tuvo que migrar para estudiar. En su caso, y a diferencia de Jorge, se rebusca cada mes para saber cómo llegar a fin de mes, porque entre pagar la cuota, el alquiler, tener una alimentación adecuada todos los días, y muchos otros gastos propios de un adulto joven, no alcanza el sueldo mínimo.

Rocío Cantero, también tiene una historia similar a la de Milagros, debió dejar la comodidad de su hogar para poder estudiar en la Perla del sur. No ha sido fácil para ella llegar hasta el cuarto año de la carrera, sin embargo, lo logró gracias al apoyo de sus padres, a su sacrificio y ganas de salir adelante, sorteando los momentos difíciles, de inseguridad, incertidumbre y soledad.

Casos como los de Jorge, Milagros o Rocío existen muchísimos. Hablamos de jóvenes del interior que deben migrar para formarse y buscar el anhelado título de profesional. Aunque es sabido que, en el Paraguay, ni siquiera el profesional recibido tiene salidas laborales garantizadas, pero por lo menos es el camino más ético y honrado para salir adelante en los tiempos que vivimos.

Los citados son jóvenes que estudian en una universidad privada, pero la situación de los que optan por la Universidad Nacional tampoco es muy diferente. Los únicos aspectos que varían son los montos de los aranceles que deben pagar, porque, aunque se trate de una universidad estatal, igual deben cubrir ciertos montos mínimos, el costo sus materiales de estudio y, si se mudan a la ciudad, deben costear su alquiler y sus gastos diarios. Igualmente, existen muchos sacrificios que deben pasar, sobre todo cuando hablamos de gente de escasos recursos.

En este reportaje tomo los casos de jóvenes itapuenses, pero, sin dudas, esta es una realidad que se vive en todo el país. Los jóvenes del interior deben migrar para poder estudiar y ser “alguien en la vida”, porque no hay otras opciones más económicas o valederas.

Si ponemos en la balanza lo que es la formación a distancia, la misma tiene costos muy elevados en universidades privadas. Además, no es factible en algunos departamentos del país, porque no se tiene una cobertura total y de calidad del servicio de internet y porque la mayoría de las universidades no han desarrollado su modalidad online, como para que funcione al 100%, lo que dificulta tener esta última como una opción para no migrar.

Sin dudas, querer ser profesional en Paraguay, conlleva numerosos renuncias que los jóvenes del interior y sus familias deben hacer para poder estudiar: viajar todos los días, abandonar su hogar y su familia para mudarse a la ciudad, alquilar un espacio donde puedan vivir, renunciar a comodidades, ayudas cercanas, seres queridos, superar las dificultades cotidianas, enfrentar la soledad, el desánimo, la inseguridad y mucho más; todo en pos de cambiar la realidad que los rodea y probablemente ser el primer o la primera profesional de la familia.

Publicación del intendente de General Delgado, Florentín Bori Benítez, quien ha gestionado servicios para el traslado de jóvenes hasta Encarnación, para que puedan cursar sus estudios. Foto: Facebook Florentin Bori Benítez, Intendente.

La situación tras la pandemia

Con la pandemia del Covid-19, las universidades tuvieron que adaptar su sistema de enseñanza, adaptando el aprendizaje a la modalidad virtual, algunas con más aciertos que errores y otras en viceversa, pero todas debieron presentar soluciones para evitar la deserción masiva, aunque esto último no se pudo evitar al 100 %.

Con el anuncio que hizo en febrero de este año el Consejo Nacional de Educación Superior (Cones), de que las universidades públicas y privadas podían volver a las clases presenciales, muchos jóvenes celebraron la medida adoptada y otros pegaron el grito al cielo, porque aseguraron que el caos que mencionamos anteriormente volvería, por la movilidad y organización que implica el retorno a las clases presenciales.

Más allá de la decisión institucional, esto también supuso una alerta en los estudiantes: ¿qué pasará ahora? Las consultas llovían en las redes sociales y números de contacto de las universidades. La última palabra la tiene cada institución, optando algunas por la modalidad semipresencial, otras por la modalidad virtual por este primer semestre y otras por el retorno gradual a la presencialidad.

Actualmente, la realidad es otra en Encarnación, comparando con lo que era hace dos años atrás. Tras salir de la situación de emergencia por la pandemia, uno se encuentra nuevamente con calles embotelladas en inmediaciones a las principales universidades de la ciudad, los ómnibus abarrotados de jóvenes estudiantes, las paradas de colectivos colmadas de personas aguardando y, por supuesto, la queja en redes sociales por la inoperancia o falencia del servicio de transporte público.

Municipalidad de Cambyreta, una de las primeras en implementar el bus universitario en este 2022. Foto: Captura de video de la Municipalidad de Cambyreta.

Lo que importa es seguir adelante

Por encima de esta problemática de que significa ser un estudiante universitario del interior en este país, existen alguna respuestas y opciones ante la migración para buscar ser profesionales.

Si bien no se habla de crear universidades en cada uno de los 30 distritos de Itapúa, porque eso sería casi una utopía, sí se habla de soluciones que hoy son factibles y prácticas para los estudiantes. Incluso son modelos de lo que se podrían aplicar en otros distritos, para que ser universitario del interior no sea un calvario más de lo que ya implica ser estudiante en Paraguay.

Aportes y becas: La Municipalidad de Encarnación brinda aportes a los jóvenes universitarios para ayudarlos a mantener sus estudios. La Gobernación de Itapúa también ofrece becas y aportes a jóvenes en situación de vulnerabilidad a través de convenios y programas, los cuales se renuevan cada año.

La información la suelen publicar por medio de sus cuentas oficiales en redes sociales y a través de los medios tradicionales. Estos aportes parciales o totales ayudan a solventar los gastos mensuales que tienen los jóvenes, lo que permite que la mochila sea más liviana tanto para ellos o para sus padres.

Los buses universitarios: Existen desde hace años, los hay privados y de estamentos como municipalidades, gobernaciones y otras instituciones. Actualmente, distritos como los de San Juan del Paraná, Cambyreta, Coronel Bogado, General Delgado, entre otros, lo están implementando. En algunos casos, absorbiendo la municipalidad el costo total del servicio y en otros ofreciendo un precio especial conveniente al estudiante universitario.

El distrito de Obligado, por su parte, ha solicitado a la Entidad Binacional Yacyreta, a través de su Secretaría de Educación, un apoyo para poder subvencionar el pasaje a los estudiantes de este distrito que migran hasta Encarnación, en búsqueda de formación. De esta manera, se busca paliar uno de los aspectos más importantes a la hora de estudiar: el transporte.

Mudanza y alquiler de viviendas: Con la pandemia, el rubro inmobiliario fue uno de los más golpeados, por tanto, actualmente, con el retorno a las clases presenciales, están ofertando lugares para alquiler desde 400 mil guaraníes en zonas universitarias, con comodidades básicas. Los precios de habitaciones y departamentos más confortables rondarían entre 800 mil a un millón.

Viviendas compartidas: Otra de las opciones es la de compartir alquileres, buscando compañeros que puedan convivir con otros y sean hábiles para la división de gastos mensuales como de tareas cotidianas. Una posibilidad muy válida para jóvenes, quienes, por lo general, son bastante abiertos a las relaciones interpersonales y que no buscan más que economizar y lograr su objetivo: seguir y culminar la carrera.

Asistencia de familiares: Muchos padres solicitan apoyo a sus familiares que residen en la ciudad. En el mejor de los casos, se cuentan con parientes que puedan brindar un espacio a un joven en su hogar. Es otra de las soluciones prácticas, y de alguna manera económica que podría servir en estos casos.

Oferta de alquiler de habitación en Marketplace de Facebook. Precio: 400.000gs. Zona universitaria.

Si bien estas soluciones son las disponibles actualmente, se debiera pensar en proyectos a largo plazo, para que la formación en el nivel terciario también esté garantizada para cada joven del país. El mercado laboral es cada vez más competitivo y se requieren de profesionales capacitados en los diferentes rubros para asumir los desafíos.

Aparte de ello, considero que, para que el país avance hacia el desarrollo tan anhelado, es necesario aumentar el porcentaje de los que terminan sus estudios. Actualmente, según datos publicados por el Ministerio de Educación y Ciencias, solo el 10% de los que se matriculan en una carrera terciaria en el país terminan sus estudios. Estos datos no son alentadores, pero son mejorables, porque como respondieron los jóvenes entrevistados a la pregunta de si terminarían su carrera a pesar de los desafíos: “Todo esfuerzo y sacrificio al final tienen consigo una gran recompensa, cual es la formación profesional de calidad” y “Rendirse después de tanta lucha no es una opción”.

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