Hay personas que inspiran, que motivan, que dejan huellas luminosas en su paso por la vida. Una de ellas es Lucha Abbate, quien hace 25 años convirtió Mamoreí, la finca rural de su familia, ubicada en Ybycuí, en una granja escuela para impartir educación desde la experiencia con la naturaleza.
Así nació la Fundación Tierranuestra, que luego cobijó a al programa Sonidos de la Tierra, creado por el maestro Luis Szarán, que en dos décadas evitó que miles de jóvenes apedreen vidrieras, aprendiendo a interpretar a Mozart o a Flores.
El director periodístico de El Otro País, Andrés Colmán Gutiérrez, fue parte del inicio de aquel sueño que Lucha sembró como una verde plantita, como la que representa el logo de la Fundación, que hoy es más que un frondoso árbol, ya es un espeso bosque que ayuda a reforestar el árido desierto. En estos 25 años, Tierranuestra pudo llegar con programas educativos a unos 60.000 niños, niñas y adultos en todo el país, consolidando la red Sonidos de la Tierra en 60 comunidades de 16 departamentos.
En la noche del pasado martes 5 de abril, durante una emotiva asamblea de la organización, Lucha decidió retirarse y dejar que la misión continúe en manos de un voluntarioso equipo que creció bajo su dirección. En una fiesta más que una asamblea, Tierranuestra se convirtió en la Asociación Sonidos de la Tierra, que ahora toma la posta. Fue una noche de mucha emoción, de música y alegría, de encuentro de amigos y amigas, sobre todo de homenaje a esta gran mujer, que es una de las heroínas cívicas del Paraguay soñado, desde la construcción de la esperanza.
Reconocemos que su acción es una de las inspiraciones que iluminan nuestro actual trabajo desde Ñe’ẽ Raity – Espacio Creativo y principalmente a nuevo medio periodístico digital independiente.