Son las seis de la tarde y al centro comunitario de la Asociación Callescuela, en el populoso barrio Santa Ana de Ciudad del Este, capital del Departamento de Alto Paraná, llegan los vecinos para cargar agua en baldes, bidones y botellas. Es el único lugar cercano donde hay un pozo artesiano relativamente nuevo y con suficiente agua.
Magnolia Godoy, una de las vecinas, comenta que el pozo artesiano conectado a unas 200 familias en el barrio ya no abastece, solo libera agua pocas horas a la mañana y por la noche.
“Hay que madrugar. Liberan agua desde las cinco de la mañana hasta las siete, porque luego cierran ya. Después tenemos agua otra vez a las seis de la tarde, si tenemos suerte. Todo el día no tenemos agua y después a las seis de la tarde cuando abren, vuelven a cerrar a las nueve o a veces a las 19:30. Entonces en ese lapso de tiempo, ya se tiene que juntar toda el agua que necesitamos porque después ya se corta”, comenta Magnolia.
Ante la escasa provisión del pozo artesiano barrial, algunas familias intentan excavar pozos comunes en sus casas. A cada familia, un pocero le cobra entre 700 a 800 mil guaraníes. No todas consiguen pagar. “Todo el mundo está desesperado y por eso estamos buscando agua. Hace muchísimo que estamos así”, expresa.
La Escuela Paz y Esperanza, del mismo barrio, tampoco tiene agua potable, hecho que afectó el inicio de clases. La misma situación se registró en 34 instituciones educativas del Alto Paraná, según los datos de la Dirección Departamental del Ministerio de Educación y Ciencias (MEC).
Debido a la falta de agua en 18 escuelas y colegios de Ciudad del Este, la Dirección de Educación y Cultura de la Municipalidad solicitó la declaración de Emergencia Educativa, que fue aprobada por la Junta Municipal el 16 de marzo último. Con esta resolución, el Gobierno Municipal gestionará con mayor celeridad la instalación de pozos artesianos en las instituciones educativas.
Ésta es una medida paliativa de urgencia. En Ciudad del Este y Alto Paraná, el Estado –a través de sus instituciones- no invirtió hasta la fecha en un sistema que garantice el acceso al agua potable a su población. Lo que hacen los gobiernos municipales y el departamental en cada mandato, es instalar pozos artesianos en barrios y comunidades, generalmente para responder a sus operadores políticos.
Dimensionando un problema estructural
Con la sequía registrada este verano, el problema de acceso al agua se agudizó. Para comprender la situación, el ingeniero hidrogeólogo Jorge González Rivela explica cómo se obtiene el agua en Alto Paraná. “(Se obtiene) de dos formas: la superficial, que es agua de lluvia, que cae y se acumula entre el suelo y las rocas. Es un tipo de acuífero. Y otro es el acuífero subterráneo que está entre las rocas y su recarga viene de otro lado, de Brasil, del norte de Paraguay y las rocas de Alto Paraná. Tenemos dos años de sequía y eso hace que el nivel freático baje por debajo del contacto suelo/roca. Nuestro nivel freático está por debajo de eso. ¿Qué significa? Que ahora todos los pozos comunes están secos en Alto Paraná. También en Central, en todo el país el nivel freático bajó”, informa.
Y agrega: “Lo que estamos consumiendo ahora es el agua fósil que está en el acuífero, donde circula el agua entre las rocas, un agua depositada hace miles de millones de años. Nosotros estamos llegando a ese nivel”.
En la capital departamental con una población estimada de 350.000 habitantes, las aguateras privadas y el Estado solo abastecen a 150.000 personas. “Tenemos como 200.000 personas que no tienen agua. ¿Cómo se abastecen esas 200.000 personas? Con pozos comunes, la Municipalidad les lleva en cisterna, en algunos barrios y el resto compran en bidones. Ese es el faltante”, informa el ing. Jorge González Rivela, quien también es jefe de la División Municipal de Saneamiento y Pro-Agua.
Comenta que la ciudad cuenta con 15 juntas de saneamiento, 99 pozos artesianos perforados por la Municipalidad, 10 aguateras privadas, Itaipú Binacional provee a las áreas habitacionales y la Essap al centro y el barrio Boquerón.
Alternativas a un dilema tan antiguo como la ciudad
Un proyecto para la provisión de agua potable a Ciudad del Este, Hernandarias, Presidente Franco y Minga Guazú, municipios donde se concentra el 80% de la población de Alto Paraná, está siendo gestionado por el Ministerio de Obras Públicas (MOPC), la Empresa de Servicios Sanitarios del Paraguay (ESSAP S.A.) y la Agencia de Cooperación Internacional del Japón (JICA) desde hace 13 años.
El estudio de factibilidad de este proyecto inició en 2009 y el informe con los resultados se presentó oficialmente en 2010. La implementación del proyecto demanda una inversión de 200 millones de dólares y será financiado por la JICA y el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), según el acuerdo firmado con el MOPC el 27 de agosto de 2020.
El BID otorgará un préstamo de 115 millones de dólares y la JICA aportaría 85 millones de dólares, conforme a los documentos.
El acuerdo debe ser homologado por el Congreso Nacional. En una reunión mantenida en octubre del año pasado, el ministro de Obras, Arnoldo Wiens prometió al intendente de CDE, Miguel Prieto y al gobernador de Alto Paraná, Roberto González Vaesken, que remitiría el acuerdo al Parlamento en marzo de este año.
“Insistimos que ejecuten su proyecto que está parado hace 10 años. Ese proyecto ya está quedando obsoleto porque el cálculo de población que hicieron en su momento ya perdió vigencia. Si hacen su planta nunca va abastecer”, expresa el ingeniero González Rivela.
El Poder Ejecutivo, a través del vicepresidente Hugo Velázquez, solicitó al Senado la aprobación del millonario préstamo para invertir en este proyecto, el pasado 06 de abril. Ahora se espera que el Congreso Nacional apruebe la solicitud para avanzar hacia la implementación de las obras. A puertas de las elecciones generales, con autoridades que también son precandidatos/as, la gestión de este proyecto tiene un fuerte tono proselitista. Justo ahora reflotaron esta propuesta que dormía en los cajones del MOPC y la Essap desde el 2010. ¿Se logrará la ejecución de las obras o quedará en una promesa electoral?
En paralelo, desde la Municipalidad de CDE preparan un anteproyecto para captar agua cruda de los ríos Acaray y Monday, para su distribución en el distrito. A la par, iniciaron un mapeo de todas las aguateras que operan en la ciudad. “Tomamos muestras del agua de estos ríos para analizar su calidad. Ya enviamos a la UNE (Universidad Nacional del Este) para el análisis”, comenta el jefe municipal de Saneamiento.
Afirma que se trata aún de un proyecto cuya ejecución sería posible con financiamiento mediante recursos de los Royalties provenientes de la represa de Itaipú o FONACIDE (Fondo Nacional de Inversión Pública y Desarrollo), que son transferidos a la Municipalidad.
Existen alternativas para abordar el problema del acceso al agua potable en Alto Paraná, pero los trámites para la implementación de proyectos desde el Estado son muy lentos. Gran parte de la población esteña sobrevive a la escasez y espera con ansias una solución definitiva.
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