El turismo tiene sus aspectos positivos y negativos para nosotros, los indígenas. Hay quienes dicen que es una invasión a nuestra cultura, pero también es cierto que es una actividad que nos ofrece fuentes de trabajo y de ingreso. Lo apropiado es que se pueda desarrollar con un buen equilibrio, respetando, conservando y promoviendo los valores de nuestros pueblos, ayudando a que muchas familias de nuestras comunidades puedan tener una vida más digna.
En ese sentido, en nuestra región de Itapúa, desde hace algunos años se viene implementando un importante programa de formación de jóvenes indígenas mbya, para que sean informadores turísticos. Es decir, para que los turistas puedan conocer la gran riqueza cultural del mundo guaraní, de la mano de los propios indígenas.
Le experiencia se inició primeramente en la misión jesuítica guaraní de Jesús de Tavarangüe. Allí, desde octubre de 2017, los visitantes cuentan con el servicio de dos jóvenes mbya como informadores turísticos o guías, lo cual, para muchos turistas, se convierte en una agradable sorpresa. Posteriormente, la experiencia también se extendió a las reducciones de Santísima Trinidad, como a San Cosme y San Damián
Los mbya no hemos desaparecido
Generalmente, cuando se habla de los mbya en las misiones jesuíticas, se habla en tiempo pasado, como si los indígenas hubiésemos desaparecido también de estos lugares cuando se acabó la experiencia histórica de las misiones.
Sin embargo, las comunidades mbya siguen existiendo en estos mismos sitios, con los actuales pobladores que somos descendientes directos de quienes participaron de las recordadas misiones jesuíticas del Siglo XVII.
Por ello, con la participación de los informadores turísticos indígenas en las visitas guiadas, se hace patente la existencia de nuestra cultura milenaria en el presente. Los relatos que ellos hacen a los turistas, refiriéndose al mundo guaraní, lo hacen en primera persona y, de un modo, también en tiempo presente.
Es como hacer revivir a esas piedras que han quedado en pie, como un recuerdo de nuestros ancestros, proyectando esa valiosa historia hacia el futuro.
Es como despertar a los espíritus de nuestros antepasados dormidos en los recovecos de cada ruina, para contar la historia de aquellos tiempos de conquista y colonización de las américas, desde la mirada de quienes más la vivieron y padecieron. Es contar los éxitos y las penurias que vivieron nuestros pueblos en aquellos tiempos.
Un turismo sostenible e inclusivo
Hasta ahora, seis jóvenes mbya guaraní han sido incluidos como informadores turísticos en las misiones jesuítica de Jesús de Tavarangüe, Trinidad y San Cosme y San Damián. Provienen de las comunidades de Ñu Poty, Guavirami y de Pindo (esta última comunidad es a la que pertenezco, en donde vivo y trabajo).
Estás incorporaciones de jóvenes de nuestro pueblo se enmarcan en la promoción de un turismo sostenible e inclusivo, llevado adelante a través del convenio de cooperación interinstitucional con la Cámara Paraguaya de Turismo de las Misiones Jesuíticas – Ruta Jesuítica y la Secretaria Nacional de Turismo (Senatur).
Este proyecto busca sostener, regenerar y trasmitir la esencia de la cultura mbya guaraní, poniendo en valor la comunidad y la historia de cada pueblo, creando experiencias, conociendo tradiciones, involucrando a los actores claves, haciendo del turismo una experiencia auténtica.
Los informadores turísticos mbya se encuentran actualmente vinculados a la Cámara Paraguaya de Turismo de las Misiones Jesuíticas, a través de contratos por tiempos definidos, a fin de prestar servicios en dichas misiones.
Eligiendo a los guías indígenas
La Senatur, después de varios cursos ofrecidos a jóvenes mbya y a otros interesados, hicieron la selección de los jóvenes más capaces y con deseos de superación.
Primeramente, se comenzó con la experiencia en Jesús de Tavarangue, luego en Trinidad y por último en San Cosme y San Damián.
Cuentan los jóvenes participantes que fue muy difícil en principio aprender y desarrollar el libreto, estar en frente del público; pero que de poco fueron superando las dificultades, con la ayuda e incentivación de los compañeros.
Encontraron mediante este trabajo un modo de superarse, salir de la zona de confort y enfrentarse al mundo, mejorar la calidad de vida como mbya.
“Hoy en día ya es difícil vivir como vivían los abuelos. El monte ya casi no existe, los arroyos no tienen peces, porque ¿lastimosamente los vecinos blancos utilizan mucho los agroquímicos para sus cultivos, utilizando agua de manantiales y cursos hídricos cercanos. Entonces todo es difícil para sobrevivir, la sociedad de consumo crea más necesidades, en especial en jóvenes”, es un comentario que nos hicieron, cuando conversamos sobre esta experiencia.
Prácticamente todos los jóvenes que están en este trabajo están siguiendo carreras universitarias, como un modo de culminar una carrera y ejercerla como profesión.
Conozcamos a algunos de los informadores turísticos mbya
DAVID OCAMPOS LÓPEZ (KARA’I MIRI)
Fué uno de los primeros en abrazar esta experiencia. Comenzó a trabajar después de varios cursos ofrecido por la Senatur en la misión de Jesús de Tavarangue, en octubre de 2017.
Karai Miri cuenta que al principio le resultó muy difícil el trabajo, pero gracias a los otros compañeros no indígenas, fue superando los escollos.
“Hoy ya me considero todo un profesional en guiar a los turistas. Pude mejorar mi calidad de vida mediante este trabajo. Actualmente estoy cursando el segundo año de derecho en la Universidad Católica de Itapúa”, relata.
De este muchacho cabe destacar que actuó en la obra teatral «TAVA» que se puso en escena en la Semana Santa pasada, en la Misión de Jesús, con mucho suceso.
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LUIS MIGUEL CABRAL (KUARAHY)
Kuarahy también es informador turístico desde octubre de 2017, otro de los pioneros que empezó en Jesús de Tavarangüe, con Karai Miri.
El joven dice que le costó mucho al principio, por la timidez que sentía al enfrentarse con personas extrañas, pero que de a poco fue superando, gracias a los cursos ofrecido por la Senatur y a las constantes prácticas.
“Deseo ser un ejemplo para los hijos que vendrán y para los otros jóvenes mbya. El trabajo me sirve para superarme y me da oportunidad para mejorar. Los jóvenes indígenas de hoy necesitan contar con una profesión para afrontar la vida”, destaca Kuarahy.
Actualmente está cursando la carrera de odontología en la UCI.
Cabe decir que es también integrante del elenco de»TAVA» de la misión de Jesús de Tavarangue.
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CÉSAR BENITEZ- (KUARA’Y MIRI)
Se desempeña como informador turístico en la Misión de Trinidad desde junio de 2019.
Después de los cursos y capacitaciones ofrecida por la Senatur, pudo acceder al trabajo, al cual califica como “muy interesante”, porque ayudó a que su vida cambie de forma muy positiva, como modo de superación y mirando con esperanza el futuro.
Volvió a retomar los estudios, terminando la secundaria y empezando a estudiar sicología en la Universidad Católica de Itapúa. “De este modo, quiero mejorar mi formación y en el trabajo también. Con el ingreso que obtengo, puedo salir adelante y es algo muy importante, porque los indígenas tenemos pocas oportunidades en el campo laboral. Todo joven debe tener ideal de vida y este trabajo nos ayuda mucho”, dice Kuara’y Miri.
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OSCAR GARAY (VERA MIRI)
Aunque solo pudo terminar la escuela primaria, se animó a presentarse a la convocatoria de la Senatur y logró ser seleccionado para ser uno de los guías indígenas.
“Este trabajo me hizo ver la vida desde otra perspectiva, descubrir las capacidades que tengo como persona mbya y que intentando se puede lograr un propósito en la vida”, sostiene.
Vera Miri piensa proseguir sus estadios medios y luego seguir alguna carrera en la universidad.
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AGUSTÍN VERA BENITEZ (VERA)
Es informador turístico en la misión de San Cosme y San Damián desde junio de 2019. Después de realizar los cursos de capacitación, fue uno de los seleccionados entre varios otros jóvenes de la comunidad Pindó.
“Al principio también me costó mucho, pero gracias a la ayuda de los formadores y otros jóvenes, hoy tengo mucha más confianza”, refiere.
Vera ya se considera todo un profesional como guía turístico. Desea seguir estudiando y superándose. Le interesa mucho aprender otros idiomas, ya que se da cuenta que vienen muchos extranjeros a visitar las misiones, que no hablan el español o apenas hablan. Desea estudiar y aprender principalmente el inglés para hacer mejor su trabajo.
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P.D.: La mayoría de los guías turísticos mbya nos confesaron que agradecen mucho a las autoridades por la oportunidad de ejercer un oficio tan importante, pero reclaman que se consideren mejor sus derechos laborales. Por ahora, todos ellos trabajan solo con un contrato temporal, no tienen la seguridad de un nombramiento permanente, no tienen acceso a la seguridad social a través del IPS ni tienen derecho a una jubilación. Además, los pagos de sus salarios les llegan generalmente con mucho atraso. Trasladarse desde sus comunidades hasta los lugares de trabajo implica costos en pasajes o combustibles, además de la alimentación, que deben pagar de sus bolsillos. “Quisiéramos que tengan en cuenta estos aspectos, para que esta linda experiencia sea mucho más exitosa”, indicaron.
