Calles, basurales y patios abarrotados de mango en Paraguay, es un escenario que vemos con frecuencia durante cada temporada. Esta fruta tropical es capaz de volverse una “molestia” para algunas personas por la abundancia con la que caen durante un par de meses, ya que terminan pudriéndose y convirtiéndose en basura maloliente, no obstante, esto va más allá que solo un problema de limpieza.
“Las altas tasas de pérdidas y desechos representan un desperdicio de nutrientes, un despilfarro de dinero y menor rentabilidad en la producción y la cadena de valor, menores ingresos para los productores y mayores costos para los consumidores”, señala el material de la FAO “Frutas y verduras – Esenciales en tu dieta” (2020).
En Paraguay, sigue siendo una cuenta pendiente la industrialización sostenible, que permita sacar provecho de recursos naturales –hoy desperdiciados– sin dañar al medioambiente.
A pesar de que las soluciones todavía no son a gran escala, podemos apuntar a varias iniciativas que buscaron evitar el desperdicio del mango, algunas que duraron un par de años –como el MangoMóvil de Asunción– y otras que se siguen sosteniendo en el tiempo, demostrando que es una fruta versátil de la cual se pude elaborar una variedad de productos: como jugo, cerveza, postres y snacks.
Una doble solución, para la nutrición y el medioambiente
¿Cómo reducir el desperdicio de frutas maduras y hacerlas almacenables en el tiempo? Znag es un emprendimiento nacional, que empezó hace cuatro años con la idea de ofrecer al mercado productos en base a frutas deshidratadas.
El objetivo de esta iniciativa consistió en facilitar el consumo de frutas, “ya que en nuestro país el consumo de frutas es muy bajo y por ende su desperdicio es altísimo”, sostiene Lena Martínez, encargada de la gerencia de esta firma.
La propuesta nació con el objetivo de plantear el consumo de frutas como el mejor snack que deberíamos considerar en nuestra alimentación. “Con el deshidratado logramos que sea mucho más práctico tener una fruta a mano, ya que las frutas deshidratadas son fáciles de conservar y transportar”, comenta.
Martínez considera que esta es una buena respuesta nutritiva para el medioambiente y para las personas que están fuera de sus casas mucho tiempo –que pueden obtener beneficios de la fruta en esta presentación en cualquier momento del día–.
“No solo evitamos que estas frutas sean echadas a la basura, sino además aprovechamos los desechos orgánicos para ser transformados en compost. Con estas acciones reducimos la generación de gases de efecto invernadero y otras consecuencias que se dan cuando no son adecuadamente dispuestas en el sistema, como lixiviados, proliferación de insectos y roedores, entre otros”, agrega.
Znag utiliza aproximadamente 300 kg de mango criollo para la producción del rollito de mango. Si bien, hasta el momento, la producción de esa línea es a baja escala, para la próxima temporada de mango contarán con el Registro Sanitario de Productos Artesanales (RSPA).
“De esa manera tendremos más productos a la venta y así podremos aprovechar más cantidad de mango”, resalta.
Cuenda además que, para la presentación en rodajas, que también ofrecen, utilizan la variedad de mango Tomy Atkins, que es el mango de tamaño mucho más grande que el criollo. “Que, si bien también se produce en Paraguay, muchos le siguen llamando mango brasilero. De esa variedad utilizamos 600 kg por mes”, acota.
El mango, más allá de las fronteras
Lena Martínez sostiene que pese a los estragos causados por la pandemia de la COVID-19 lograron sobreponerse y llegar incluso al mercado exterior con las frutas deshidratadas tropicales, que son muy apreciadas en Europa.
“Muchas personas nos comentan que nunca habían probado la variedad de frutas deshidratadas que ofrecemos y se sorprenden del sabor tan natural que se siente. Pero aún hay mucho trabajo por hacer para lograr nuestro objetivo y misión en Paraguay, para que más personas se animen a incluir este alimento en su día a día”, refiere.
Este emprendimiento está integrado por cuatro mujeres además de las empresas aliadas que se encargan de distribución de productos, regencia ante el INAN, contabilidad y recolección de desechos orgánicos, además de su posterior transformación en compost.
Lo cierto es que esta iniciativa no pasó desapercibida, en estos años, lograron certificaciones como Mipymes destacada 2019 por el MIC, el Reconocimiento por el Premio Nacional de Mipymes en el eje Adaptación al Cambio Climático, el Premio a la Innovación UIP-UNION EUROPEA.
Además, fue elegida como la Empresa beneficiaria del Programa de competitividad para la MIPYMES (PCM) del MIC y la Empresa beneficiaria del Programa de formalización y acceso de mercados (PFAM) del MIC.
ReMango: jugo y pulpa para industrializar la abundancia
Otra iniciativa, más reciente, es ReMango, un proyecto que tuvo sus comienzos en 2020, cuando un grupo de jóvenes universitarios –Paolo Stagni, Gonzalo Martínez e Ignacio Rotela–, decidió presentarse a la competencia de emprendedurismo social “Hult Prize”, con una propuesta que buscaba también evitar el desecho del mango.
El desafío, «Alimento para el Bien» instaba a los concursantes a encontrar una solución a una problemática relacionada al alimento, razón por la cual estos tres estudiantes decidieron hacer jugo y pulpa de mango.
En noviembre de 2020, pusieron en marcha esta empresa, temporada en la que pudieron procesar 870 kg de mango, para elaborar sus productos.
Martínez afirma que a estas alturas ya se puede notar un gran crecimiento de ReMango, que empezó como un proyecto de universidad y se convirtió en una empresa constituida con un plan de negocio viable y la mirada puesta en industrializar esta sobreabundancia.
Galardonados internacionalmente para seguir creciendo
ReMango ganó el Premio Hult Prize, lo que se tradujo en USD 150.000 para poder invertir en este proyecto.
“Este premio significa una oportunidad importante para nosotros como empresa. Nos da los medios para poder conseguir la infraestructura necesaria y poder llegar a la escala a la cual realmente queremos que pueda llegar ReMango. Nos permite poder concentrarnos y poner todo nuestro esfuerzo en esto”, manifestó Gonzalo.
El co fundador de ReMango reconoció que fueron muchas las personas que contribuyeron en este proyecto y a raíz del apoyo que recibieron, consideran que ya se convirtió en una causa nacional.
“Para esta siguiente temporada tenemos pensado crecer aún más y especialmente poder masificar nuestra convocatoria a la red de recolección, como para cualquier persona que pueda precisar de un ingreso pueda traernos mango y ser pagada por ese trabajo, por los kilos traídos”, contó.
Asimismo, comentó que están en avanzadas conversaciones con la Municipalidad de Asunción para la firma de un acuerdo, por ser la ciudad en la que están instalado, de igual manera no descartó la posibilidad de trabajar con distintas municipalidades y llegar a un acuerdo que sea mutuamente beneficioso.
“Cualquier tipo de alianza que nos pueda ayudar en nuestra misión de disminuir el desperdicio de alimento en el Paraguay y Latinoamérica es más que bienvenida”, concluyó.