Han pasado cerca de 40 años, pero los mayores de edad no olvidan las terribles escenas que se vivieron, cuando las aguas del río Paraguay y del arroyo Ñeembucú llegaron a cubrir casi totalmente a la ciudad de Pilar en la gran inundación de 1983, tras heroicas jornadas de resistencia comunitaria, obligando finalmente a una evacuación prácticamente total de la población durante semanas o meses, con cuantiosas pérdidas para las familias y para esta histórica localidad del sur del país.
Desde entonces, la población de la capital del departamento de Ñeembucú ha venido reclamando una solución técnica definitiva que la mantenga a salvo de las inundaciones. “Ya no queremos volver a sufrir las penurias anteriores”, nos dicen los más antiguos moradores.
En todos estos años, hubo varios esfuerzos de obras locales, que aportaron avances a medias, pero recién ahora, cuatro décadas después, los pilarenses estamos viendo cómo avanza una obra vial más integral, que, aseguran, permitirá frenar los efectos de las grandes crecidas.
Es una solución que genera mucho optimismo, sumado a la nueva conexión más directa entre Pilar y Asunción, con la ruta asfaltada que también se está construyendo a través de la ciudad de Aberdi, que permitirá romper aun mas el largo tiempo de injusto aislamiento, soledad y olvido, al que fue sometida la región de Ñeembucú, aunque para quienes guardamos preciosos recuerdos de nuestra infancia en la costas del río Paraná y el arroyo Ñeembucú, nos genera algunos sentimientos contradictorios la transformación de los paisajes urbanos y ambientales, en nombre del progreso.
Rompiendo el aislamiento
La ciudad de Pilar se encuentra entre los humedales del duodécimo departamento de Ñeembucú, a 358 kilómetros de distancia, al sureste de Asunción.
La llamada Villa del Pilar fue fundada el 12 de octubre de 1779, por el entonces gobernador colonial Pedro Mello de Portugal, para hacer frente a los constantes ataques de los payaguas.
Por su orografía, esta región siempre sufrió los embates de las crecidas de los ríos y arroyos que recorren su terreno.
Pilar se conecta con el resto del país a través de la Ruta PY04 “General José Eduvigis Díaz” y muy pronto a través de la ruta asfaltada Py 019, que cruza el río Tebicuary, uniendo las ciudades de Villa Oliva, Alberdi y Villa Franca hasta el Departamento Central.
Hasta el año 2000 era impensable transitar normalmente por la Ruta 4, especialmente en tiempos de lluvias y crecidas, cuando aún era un camino de tierra. Tremendas odiseas se pasaban al transitar largos tramos anegados. Se terminó de asfaltar este trayecto y los viajes se realizan ya sin dificultades. Sin embargo, existen todavía pueblos del Ñeembucú que no cuentan con rutas de todo tiempo.
Aquella trágica inundación del 83
Desde finales de 1982, las aguas de los ríos empezaron a crecer, iniciando una despiadada lucha. Pilar estaba siendo rodeada por las aguas del Río Paraguay y el Arroyo Ñeembucú. Los pobladores atrincheraron la ciudad con bolsas de arpilleras cargadas con arena.
En la madrugada del 24 de mayo de 1983, el improvisado muro del Barrio 12 de octubre de Pilar, cedió ante las aguas de los ríos, estas cubrieron casi el 80 % del terreno y la mayor parte de la población tuvo que ser evacuada, aunque muchas familias decidieron quedarse igual, sobreviviendo en sobrados, terrazas o hasta encima de los techos.
Los pocos pilarenses que se quedaron en la ciudad sitiada por las aguas, lucharon para recuperar palmo a palmo las calles. “Refundaremos la ciudad”, había dicho el recordado pa’i Federico Schiavón, sacerdote redentorista, figura importante en la vida de los pilarenses.
Sin embargo, en algún momento se perdieron las esperanzas cuando cedieron los muros. Trascurrieron aproximadamente tres meses para que las aguas vuelvan a bajar y la ciudad nuevamente emerga a tierra firme.
Pilar volvió a resurgir, aunque ya sin muchos pilarenses que decidieron quedarse a vivir en zonas más altas, pero se sumaron otros pobladores de la región.
El sueño de una Franja Costera
En 1984, el Ministerio de Obras Públicas y Comunicaciones inició la construcción de un sistema de defensa costera, compuesta de un muro de contención, piletas de retención, equipos de bombeos y sistemas de canales para el drenaje de las aguas de lluvia.
Entre los años 2014 al 2018, el Departamento de Ñeembucú fue declarado en emergencia, debido a nuevas grandes inundaciones que se produjeron por la crecida del Río Paraguay, evidenciando el mal funcionamiento e insuficiencia del sistema de la defensa costera que se había construido.
Ante el riesgo de un inminente colapso del muro de contención, el Ministerio de Obras Públicas y Comunicaciones realizó durante el año 2016 trabajos urgentes de rehabilitación del sistema existente. Sin embargo, tampoco fue suficiente.
Ante la necesidad de una obra más integral, en 2015, el MOC llamó a licitación pública nacional para la búsqueda de alternativas. La Empresa Electroconsult del Paraguay resultó adjudicado para encarar el trabajo.
El 17 de enero de 2019 firmó el contrato para la construcción de la Defensa Costera, en la sede de la Municipalidad de Pilar. Fue considerado tan importante el momento, que el entonces intendente municipal, Cristóbal Stete, decidió declarar asueto para que los ciudadanos puedan asistir al acto.
Entre pandemia y sequías, el 20 de abril de 2021 se iniciaron las obras de refulado de la variante norte.
La Defensa Costera, actualmente en proceso de construcción, tendrá una extensión de 15 kilómetros, con 22 estaciones de bombeo, con sus respectivos reservorios. Además, comprende 9 kilómetros del canal de desvío del arroyo San Lorenzo, 6.000 metros lineales de canales de desagüe pluvial y 2.700 metros de alcantarillas y el pretratamiento de efluentes.
La obra afecta a unos 32.994 habitantes, con una superficie urbana de 1641 hectáreas, con 30 barrios de todo el distrito.
Se encuentran involucrados en la obra, la Secretaría de Emergencia Nacional (SEN), la Gobernación de Ñeembucú, la Municipalidad de Pilar, el Ministerio de Obras Públicas y Comunicaciones (MOPC), organizaciones ciudadanas de Pilar, grupos de pescadores, clubes deportivos, Ministerio de Hacienda, Ministerio del Ambiente y Desarrollo Sostenible (MADES), además de la Administración Nacional de Electricidad (ANDE) y la Administración Nacional de Navegación y Puertos (ANNP).
Ambiente y turismo
En cuanto a la sostenibilidad ambiental, el proyecto plantea mejorar considerablemente la calidad de vida de la población en asentamientos humanos, con viviendas mejoradas, acceso universal al agua potable, a servicios básicos de saneamiento y sistemas de gestión de residuos, también disminuir los niveles de contaminación ambiental de las industrias con planificación y control sobre las zonas de explotación de recursos naturales, reduciendo así la pérdida del patrimonio natural y de la biodiversidad nativa.
Implica además la creación de oportunidades para incentivar la protección y recuperación del ecosistema y remunerar los servicios ambientales.
En cuanto a turismo, el Puerto de Pilar fue siempre importante para el comercio internacional, inclusive desde los tiempos de la colonia.
Con el trabajo de construcción de la Defensa Costera se está procediendo al rescate de los restos de unas antiguas gradas, que se encontraban muy cerca del viejo muelle al final de la Calle 14 de mayo (en su entorno se encuentran la Prefectura Naval, la empresa Mister Kombi y la Placita del Soldado Pilarense).
Para este operativo rescate de puntos de historia, se encontró el apoyo del MOC, la Secretaría Nacional de Cultura (SNC) y las empresas contratistas que ejecutan la Defensa Costera. El objetivo es utilizar estas piezas recuperadas para un rincón cultural e histórico en la costanera, con datos que refieren la transcendencia que tuvo la zona portuaria de Pilar
Las obras incluirán una moderna costanera sobre el arroyo Ñeembucú, con áreas de circulación de vehículos como sectores peatonales, desde el puente de ingreso al centro hasta la desembocadura del Rio Paraguay. Desde el puente hacia el este, el tránsito será esencialmente peatonal, como una vía para motos y bicicletas.
“Superar los casos de colapsos”
“Después de la gran lluvia que tuvimos el 10 de mayo de 2019, cuando cayeron 400 milímetros de agua en menos de 24 horas y las calles se inundaron totalmente, llegamos casi al colapso. Fue cuando nos reunimos de urgencia con las autoridades nacionales, quienes se comprometieron a ver una solución a nuestros permanentes problemas”, relata Cristóbal Alfredo Stete, ex intendente de Pilar, durante cuya administración se iniciaron los trabajos.
“Vivimos muchas cosas desde la inundación de 1983 y las siguientes crecidas, que fueron recurrentes. Llegamos a tener 16 motobombas trabajando durante las 24 horas para buscar desagotar las zonas inundadas. Los vecinos se unieron para trabajar con mucho espíritu solidario. A los bomberos voluntarios también se les debe reconocer por su increíble trabajo”, relató el ex jefe comunal.
Stete dice que la nueva Defensa Costera es “una obra majestuosa, conectando y defendiendo a la ciudad de Pilar” y considera que constituye una gran esperanza de desarrollo, que premia el espíritu comunitario, de lucha y unidad, que siempre ha caracterizado a los pobladores de esta región.
Mauricio Acosta, veterano periodista a quien le tocó reportar en vivo para medios nacionales sobre las grandes inundaciones, indicó: “Ya no queremos cargar miles de bolsas de arena, construyendo muros precarios, para proteger a la ciudad de una gran inundación, como lo hicimos en tantos momentos críticos. Es hora de que nuestra comunidad pueda superar con buenas inversiones técnicas una realidad que nos marcó por mucho tiempo, y que podamos demostrar al resto del país lo que podemos hacer en buenas condiciones”.