El último avión a Disneylandia

Una fuerte versión es que lo ocurrido con Cartes no se quedará solamente en que Estados Unidos lo declare “significativamente corrupto”, sino que se produciría pronto una segunda fase, en que el mismo sea imputado por los delitos de los que se lo acusa y se pida su extradición al país del norte, al menos si sigue el mismo procedimiento que se siguió con el ex presidente de Honduras, Juan Orlando Hernández, a quien también se declaró “significativamente corrupto” y se le negó la visa, pero varios meses después, el pasado 21 de abril, acabó siendo extraditado bajo la acusación de ser narcotraficante y actualmente está en una cárcel de USA. Mientras tanto, Horacio Cartes y sus hijos saben que ya han perdido el último avión a Disneylandia.

(El caso Horacio Cartes y sus efectos en la política paraguaya)

Hace poco más de un mes, en un anterior Boletín de Noticias o NewsLetter, que les hicimos llegar a nuestros suscriptores, analizábamos las intenciones del ex presidente Horacio Cartes de retomar el Poder Ejecutivo, con una fuerte ofensiva económica, política y mediática para que sus principales ahijados políticos, el economista Santiago Peña y el diputado Pedro Alliana, ganen la candidatura a presidente y vicepresidente de la República en las elecciones internas de diciembre próximo, por su movimiento Honor Colorado, mientras que el propio Cartes busca conquistar la presidencia de la Asociación Nacional Republicana – Partido Colorado.

Decíamos que esta agresiva campaña generaba preocupación en varios sectores “por considerar que el poderoso empresario constituye una amenaza para el proceso democrático, por las actitudes de poco respeto a la institucionalidad republicana que demostró durante su gobierno, así como por los presuntos nexos con actividades ilícitas (producción masiva de cigarrillos para el contrabando internacional y lavado de dinero, principalmente), investigados en diversas instancias”.

En el párrafo final de nuestro extenso artículo, sosteníamos que “hay muchas interrogantes sobre lo que hará esta vez el tío Sam (gobierno de los Estados Unidos). Como lo demostró WikiLeaks, hace más de una década, la DEA y la ATF tenían en la mira al Pattern (patrón, en inglés), pero, al parecer, ante su entonces ascendente carrera hacia la presidencia, concluyeron que el corazón no era tan de piedra y decidieron retirar las sospechas secretas, tal como en 1989 lo hicieron con cierto general narcotraficante que derrocó a balazos a su consuegro y nos trajo de regalo la democracia. Pero también puede ser que esta vez se decidan a dar ‘una ayudita a los amigos’ y decidan sacar de la escena política a un personaje actualmente ya incómodo para sus intereses, tal como recientemente hicieron en Honduras con otro expresidente acusado de actividades ilícitas”.

No tardó mucho para que este pronóstico se cumpla. En la noche del jueves 21 de julio, las redacciones de los principales medios periodísticos se vieron conmocionadas al recibir la convocatoria de la Embajada de los Estados Unidos en Asunción a “una importante conferencia de prensa” para el día siguiente, viernes 22, a las 9 de la mañana, en la sede diplomática. Aunque no trascendió el tema que iba a ser tratado, la mayoría de los periodistas políticos ya especulaban que sería una comunicación sobre los avances de las investigaciones norteamericanas acerca de Horacio Cartes.

Aún así, la comparecencia del propio embajador de Estados Unidos en Asunción, Marc Ostfield, sorprendió por su contundencia, cuando en tono sereno y firme comunicó que el Secretario de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken, acababa de anunciar que el ex presidente paraguayo Horacio Cartes había sido designado por el gobierno norteamericano como “significativamente corrupto”.  Blinken remarcaba en su cuenta de Twitter que Cartes era “inelegible para ingresar a los Estados Unidos debido a sus actos de corrupción mientras estuvo en el cargo”. La prohibición de ingreso al país del norte alcanza además a sus hijos Juan Pablo, Sofía y Sol Cartes Montaña.

En su declaración, Blinken enfatizó que “el ex presidente Cartes obstruyó una importante investigación internacional sobre el crimen transnacional para protegerse a sí mismo y a su socio criminal (refiriéndose probablemente al procesado brasileño por el caso Lava Jato, Darío Messer) de un posible enjuiciamiento y daño político. Estas acciones socavaron la estabilidad de las instituciones democráticas de Paraguay al contribuir a la percepción pública de corrupción e impunidad dentro del despacho del presidente paraguayo”.

Lo más grave en esta declaración es que, por primera vez, se vincula directamente a Cartes con nexos de lo que el gobierno norteamericano considera como terrorismo internacional: “Además, estas acciones permitieron y perpetuaron la participación recientemente documentada de Cartes con organizaciones terroristas extranjeras y otras entidades señaladas por los Estados Unidos, lo que socava la seguridad de los Estados Unidos contra el crimen y el terrorismo transnacional y amenaza la estabilidad regional”.

Versión del embajador norteamericano Marc Ostfield, entregada a la prensa.

La declaración del secretario de Estado norteamericano, Antony Blinken, sobre Horacio Cartes.

Un “terremoto político”

La sanción dada por Estados Unidos al expresidente Horacio Cartes cayó como una verdadera bomba de racimo en el ámbito de la política paraguaya, en plena contienda electoral. O como bien lo menciona la periodista Estela Ruiz Díaz, en su artículo de análisis político semanal en el diario Última Hora, constituye “un terremoto político de imprevisibles consecuencias”.

En momentos de escribirse este artículo, seguía desarrollándose en la Cámara de Diputados el nuevo intento de juicio político contra la fiscal General del Estado, acusada entre varios otros puntos de ser cómplice y encubridora de las andanzas delictivas de expresidente. Este es el tercer intento de enjuiciar a la alta funcionaria. En los dos intentos anteriores, no se consiguieron los votos necesarios. El sorpresivo cambio de escenario con la declaración de Estados Unidos contra Cartes ha dado un vuelco espectacular, que suma votos contra la fiscala y su presunto “patrón”, aunque hasta el último momento los números hacia uno u otro sector seguían en duda. Los puntos del libelo acusatorio pueden leerse en este enlace.

Aunque la situación creada por la declaración norteamericana aun está en pleno desarrollo, podemos apuntar estos detalles:

1).-Impacto político. El retiro de la visa y la acusación de “significativamente corrupto” por parte de Estados Unidos Horacio Cartes, hiere profundamente en su imagen mediática y en su dinámica electoral a su movimiento Honor Colorado, interno de la ANR, que promueve la precandidatura de Santiago Peña a la presidencia de la República y de Pedro Alliana a la vice, además del propio Cartes a la presidencia del partido. Aunque existen dudas de que pueda disminuir su importante caudal de votos para las elecciones internas de diciembre próximo, no será fácil sostener una campaña electoral con un sello condenatorio que proviene de la principal potencia mundial. Además, todavía queda por ver todo lo que pueda pasar de aquí a diciembre. La gran pregunta es la que hace la organización internacional InSight Crime: “¿Caerá al fin el intocable expresidente de Paraguay Horacio Cartes?

2.-Impacto económico: Aunque la sanción dada por Estados Unidos no tiene efecto sobre los bienes de Horacio Cartes, ni resulta en la imposición de sanciones financieras, al estar en la lista negra y no poder ingresar, se le hará difícil sostener operaciones de sus empresas en el país del norte. Las dos empresas del Grupo Cartes que funcionan allí son: Tabacos USA Inc y Bebidas USA Inc. Además, expertos en economía señalan que, ante las graves acusaciones, principalmente la de tener vínculos con el terrorismo internacional, varias empresas bancarias y financiera irán cerrando posibilidades de realizar depósitos y transferencia bancarias, lo cual iría asfixiando al capital del grupo.

3.-Impacto social. Otro efecto directo de la sanción norteamericana y de las graves acusaciones es que sectores de la sociedad, que antes mantenían estrechos lazos con el Grupo Cartes, decidan romper esos lazos y distanciarse. La primera entidad gremial que se manifestó en ese sentido fue la Asociación Rural del Paraguay (ARP), a través de su presidente Pedro Galli, pidiendo que la Fiscalía abra una investigación a Cartes o que la fiscala general, Sandra Quiñónez, renuncie a su cargo. También el presidente de la Unión Industrial Paraguaya (UIP), quien sostuvo igualmente que Cartes debe ser investigado, porque “nadie puede ir contra las leyes y quedar impune”, asegurando que la medida del gobierno norteamericano “daña el clima de negocios”.

4.- A quién más beneficia la medida norteamericana. Mas allá de que haya sido el propio Mario Abdo Benítez quien más ha movido los hilos para que el Tío Sam ayude a intentar sacar de la cancha a su principal contrincante en las internas coloradas y en la puja por el poder real en el país, el sector más beneficiado no es el abdismo (ya que su principal candidato a la presidencia, el actual vice Hugo Velázquez, no es el que despierta más simpatía en el electorado), sino la Concertación de partidos opositores que busca desplazar al partido colorado en las elecciones generales del 30 de abril de 2023. El grupo político ya ha obtenido una importante victoria al lograr que la Justicia Electoral apruebe que este conglomerado haga sus elecciones internas, el próximo 18 de diciembre de 2022, usando el padrón nacional de electores, a pesar de las protestas del Partido Colorado, especialmente del cartismo. Según quienes resulten electos como candidato presidencial y vice, para enfrentar a los candidatos del coloradismo, sobre todo si son figuras que generan empatía con la mayor parte del electorado, se podría suponer que se pueda derrotar a la ANR, estableciendo una segunda alternancia de gobierno en más de 70 años. La primera, del 2008, en que ganó el exobispo Fernando Lugo, no acabó nada bien.

5.- Qué pasará ahora. Una fuerte versión es que lo ocurrido con Cartes no se quedará solamente en que Estados Unidos lo declare “significativamente corrupto”, sino que se produciría pronto una segunda fase, en que el mismo sea imputado por los delitos de los que se lo acusa y se pida su extradición al país del norte, al menos si sigue el mismo procedimiento que se siguió con el ex presidente de Honduras, Juan Orlando Hernández, a quien también se declaró “significativamente corrupto” y se le negó la visa, pero varios meses después, el pasado 21 de abril, acabó siendo extraditado bajo la acusación de ser narcotraficante y actualmente está en una cárcel de USA.

Mientras tanto, Horacio Cartes y sus hijos saben que ya han perdido el último avión a Disneylandia.

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(Este artículo se distribuyó inicialmente como Newsletter para los suscriptores de El Otro País)