Atyrá, la isla extraterrestre donde no hay propaganda electoral ensuciando las calles

Existe una ciudad del Paraguay que más se parece a una isla extraterrestre. Mientras el paisaje urbano o rural de gran parte del país exhibe una desbordada contaminación visual con carteles de propaganda política, afiches pegados por columnas de alumbrado público o por señales de tránsito, con rostros rejuvenecidos por el Photoshop que prometen un país de maravillas más fantástico que el de Alicia, pasacalles de candidatos y candidatas, pinturas de “vote por fulano o fulana” en murallas y paredes, en muchos casos violando expresas normas de la ley electoral… en la ciudad de Atyrá, en el Departamento de Cordillera, la situación es totalmente diferente.

[Reportaje de El Otro País para la Red de Medios Alternativos del Paraguay. Seguí la cobertura conjunta de estos comicios en nuestras redes sociales, con las etiquetas #eleccionepy2023 #otramirada]

«Si encontrás un solo afiche, pinturas en murallas o pasacalles de propaganda política electoral en las calles de Atyrá, yo te pago el asado» fue el desafío de un amigo atyreño, en plena época de elecciones.

Ante tan tentadora oferta gastronómica, emprendimos una expedición de búsqueda por toda la ciudad, incluyendo a sus barrios y compañías más distantes. Efectivamente, no hallamos un solo elemento de propaganda política. Los únicos pasacalles que se pueden ver son los que promocionan ofertas de un popular supermercado local o los que ofrecen lotes de una empresa inmobiliaria. Esta vez, perdimos el asado.

La Plaza de los Héroes, en Atyrá. Una ciudad limpia, en donde no hallaremos ninguna propaganda que ensucie las calles. / DESIRÉE ESQUIVEL ALMADA

La ciudad más limpia

¿Cómo ha llegado Atyrá a esta buena práctica ciudadana, que la hace tan distinta al resto del país?

Tiene que ver con el legado de aquel histórico primer intendente municipal, electo en 1991, tras la caída de la dictadura, que salía a las calles con una escoba a barrer la vereda de su cuadra, incitando a sus vecinos a hacer lo mismo, a pesar de que muchos lo llamaban de loco. La historia de don Feliciano Martínez y su revolución ambiental, que situó a su ciudad como la más limpia del país, la contamos en uno de los primeros reportajes multimedia de El Otro País, al que pueden acceder en este enlace.

Ahora don Feliciano está representado con su escoba en una reciente estatua erigida en la bella Plaza de los Héroes, el espacio público más emblemático de Atyrá, pero principalmente sus lecciones están grabadas en las mentes y en los corazones de sus compueblanos y compueblanas, entre ellas las de no ensuciar la ciudad con propaganda política.

“Aquí los políticos sabemos que no hace falta gastar dinero en mandar hacer afiches u otros materiales de propaganda, porque la gente no quiere eso. Si lo hiciéramos, seríamos inmediatamente criticados por ensuciar las calles y por ir en contra de lo que enseñó el recordado intendente, don Feliciano Martínez, de hacer nuestras campañas políticas directamente hablando con los vecinos, recorriendo casa por casa, estimulando la participación ciudadana”, explica el concejal municipal Hugo González, del partido colorado.

El actual intendente, Juan Ramón Martínez, quien se considera un discípulo y seguidor de don Feliciano, sostiene que a pesar de que existe una ordenanza municipal que dispone la no utilización de elementos de propaganda política en la vía pública, el fenómeno de Atyrá responde más bien “a un acuerdo tácito que ha asumido la propia ciudadanía atyreña, que se siente orgulloso de que nuestra ciudad marque la diferencia con respecto a otras localidades del país. Todos los que nos lanzamos a la arena política sabemos que no podemos romper esa regla ya instaurada desde la época de don Feliciano, porque si acaso pusiéramos un afiche o un cartel con nuestra propaganda, la gente nos retiraría su simpatía y no contaríamos con los votos”.

El local de la Seccional Colorada de Atyrá, una imagen poco acostumbrada de este tipo de locales políticos. / DESIRÉE ESQUIVEL ALMADA
La sede del comité del PLRA en Atyrá conserva los mismos principios de no ensuciar el paisaje con propaganda electoral. / DESIRÉE ESQUIVE ALMADA.

Otro panorama político

A diferencia de los habituales locales partidarios del Partido Colorado, erizados de banderas y de afiches que rinden culto a los gobernantes y caudillos oficialistas de turno, el local de la Seccional Colorada N° 103, de Atyrá, a media cuadra de la Plaza de los Héroes, es una encantadora casita de estilo colonial, pintada de rojo y blanco, con el césped bien cuidado y lugares que invitan a las reuniones entre amigos al aire libre. Aquí tampoco hay afiches ni pintatas electorales.

A la vuelta de la cuadra, frente al histórico templo de la Parroquia San Francisco de Asis, el local del Comité Orfidio Juan Saguier Mernes, del Partido Liberal Radical Auténtico (PLRA) también se muestra tranquilo y apacible, sin carteles ni pinturas de sus candidatos a las elecciones.

“Somos orgullosos de que aquí la política se haga en forma limpia, como quería mi padre, quien siempre decía que el interés de la comunidad y de la patria debe estar por encima de los colores partidarios y de los intereses de un sector político. Hoy Atyrá es un ejemplo para las demás ciudades y los demás pueblos del Paraguay”, dice el docente Francisco Martínez, hijo del legendario intendente fundador de la revolución verde en esta región de Cordillera.

A poca distancia de la casona de los Martínez, en medio de la plaza, la figura del “inte”, como llamaban a don Feliciano, se yergue altivo con su escoba.

Un reportaje documental realizado por El Otro País sobre la revolución de la limpieza en Atyrá.