Dos organizaciones ayudan a las mujeres migrantes a salir adelante en el Paraguay

Muchas mujeres llegan a Paraguay buscando un mejor futuro para sus familias o huyendo de complejas situaciones. Semillas por la Democracia y Articuladas son dos organizaciones que se unieron para darles información y guiarlas, de modo a que puedan usar sus talentos y capacidades para salir adelante. Estas son las historias de mujeres inmigrantes emprendedoras, quienes demuestran que las barreras se pueden derribar con trabajo, para salir adelante.

El escenario político y económico de países, como Venezuela, hizo que muchas personas, entre ellas mujeres, migren a Paraguay. Sin embargo, al llegar al país se vieron expuestas a la incertidumbre de no saber a qué se iban a enfrentar acá y cómo salir adelante en sus nuevos inicios.

Esta compleja realidad no fue ajena a organizaciones, que decidieron articular la Escuela de Formación para Emprendedoras, con el fin de ayudarlas. Una iniciativa que, a la fecha, empodera a mujeres migrantes a obtener el sustento diario, de manera independiente.

Keila Karelina, es una de ellas. Llegó a nuestro país hace un año y tres meses, porque sintió que, en su país, ya no existían garantías para progresar.

“Nuestros derechos como ciudadanos y seres humanos, son violados constantemente y si te quejas, hasta puedes ir preso sin causa alguna. Esta es una breve explicación de la grave situación que se vive en mi país. No es mentira lo que publican los medios internacionales; en mi país no hay pobreza extrema, hay una híper-mega extrema pobreza, porque el salario mínimo mensual son unos tres dólares al mes”, relata.

Keila es socióloga y especialista en metodología de la investigación ciudadana. Fue funcionaria en su área y presidenta del voluntariado social “Todos por Barinas”, así como miembro activo de la Comisión Nacional Venezolana de la Defensa de los Derechos Humanos. Hoy trabaja preparando platos de la gastronomía venezolana, tanto dulces como salados.

Para ella, es plausible y loable el trabajo que la Escuela de Formación para Emprendedoras. “No todas gozan de nivel alto educativo, ni de experiencia, y con la escuela han sabido orientarnos para que nuestro trabajo, en algunos casos empíricos, se fortalezca, sean de largo plazo y que, el margen de fracasar sea muy bajo”, puntualiza.

Uno de los equipos de mujeres participantes de la Escuela de Formación para Emprendedoras migrantes, refugiadas y solicitantes de asilo / GENTILEZA

¿Pero de qué se trata la escuela?

Mariene Rodríguez, de Semillas para la Democracia, es la Coordinadora del Proyecto de la Escuela de Formación para Emprendedoras migrantes, refugiadas y solicitantes de asilo.

Recuerda que el proyecto inició en el mes de agosto del año 2022. “Se trata de un programa de desarrollo y fortalecimiento de emprendimientos, para el empoderamiento económico de las mujeres migrantes, refugiadas y solicitantes de asilo residentes en nuestro país”, indica.

Cuenta que el objetivo es fortalecer un sistema de apoyo a microemprendimientos, y brindar capacitaciones. El lanzamiento de la Escuela de Formación se llevó a cabo en tres puntos focales: Asunción; Ciudad del Este y Encarnación, con la inscripción de 105 mujeres migrantes, refugiadas y solicitantes de refugio, que cuentan con interés de emprender o que ya se encuentran desarrollando algún emprendimiento.

El proyecto se realiza a través de encuentros, así como jornadas de integración y de formación, con temas como: autoestima, oratoria, planificación y finanzas personales.

“Actualmente nos encontramos avanzando en la generación de alianzas y convenios con el sector público y privado, para generar mayores oportunidades para las mujeres de la escuela”, añade.

Parte de los trabajos que realizan las mujeres, asistidas por Semillas por la Democracia y Articuladas. / GENTILEZA.

Ayuda para el desarrollo y posicionamiento

Lisbet Gabriela Roo vino al Paraguay en 2018, debido al impacto negativo que le causó la situación sociopolítica de Venezuela. Es licenciada en administración de recursos materiales y financieros. Su último empleo en Venezuela fue como analista asistente de la Dirección de Administración y Negocios y de la Dirección de Contabilidad de una organización internacional.

Actualmente, en Paraguay, presta apoyo en el área administrativa, comercial y de atención al cliente a empresarios, emprendedores y negocios que inician. “Me ocupo de ejecutar tareas complementarias y de alto valor para que los dueños puedan centrarse en hacer crecer y desarrollar sus negocios”, explica.

Considera que la Escuela de Formación para Emprendedoras es un maravilloso trabajo porque se enfoca en el crecimiento integral de la persona. “Es algo beneficioso porque da motivación y se puede hacer cambio de mentalidad antes de iniciar con la formación en sí para el emprendimiento. Abrir ese espacio de conocimiento – para personas que estamos dando todo por salir adelante y posicionarnos en este país–, es una gran contribución.

Portal retrato con las mujeres migrantes emprendedoras del Alto Paraná / GENTILEZA.

El trabajo conjunto con Articuladas

Articuladas es una organización que empezó en abril de 2020, durante la primera etapa de la pandemia, recuerda la comunicadora Tite Vera, fundadora de Articuladas. Comenta además que el objetivo fue trabajar con mujeres y ayudarlas en distintos desafíos.

Hacia fines de 2021 esta organización genera una alianza con Semillas para la Democracia, para realizar el proyecto de la Escuela para Emprendedoras.

Para Tite, el aporte de esta escuela, son dos. Uno tiene que ver con fortalecer la comunidad de mujeres inmigrantes emprendedoras. “El segundo se basa en el asesoramiento en materia de leyes y derechos. Al no conocer sus derechos o no tener información necesaria, hay personas que se quieren aprovechar de esa situación, ofreciéndoles trabajos informales mal pagos y con horarios que rozan la esclavitud”, cuenta.

Tite enfatiza que si las mujeres conocen sus derechos pueden ser más independientes. “De esta manera ellas pueden independizarse y conocen sus derechos. También tenemos incidencias en el sector privado para concienciar sobre los derechos que tienen para el trabajo formal. Si una mujer llega a Paraguay y tiene su documento de refugio, ella puede tener un RUC, puede tener permiso para conducir, puede tener un trabajo con IPS”, subraya.

Reitera que las personas migrantes tienen derechos en nuestro país y que existen leyes que las respaldan. “Ninguna persona que llega a Paraguay es ilegal. Ninguna persona es ilegal aquí, muchos no saben y muchos se quieren aprovechar de ese desconocimiento. Si quieren saber más sobre los derechos deben ingresar a la página de la Conare y ahí están todas las resoluciones y leyes que amparan a estas personas”, asevera.

Trabajando en uno de los talleres de la Escuela de Fomación. / GENTILEZA.

Promoviendo la gastronomía, artesanía y vida sana

“Solo se ama lo que se conoce. Solo se protege lo que se ama”, es la frase de Moy Rondón, artesana, que llegó a Paraguay hace cinco años por la crisis de Venezuela.

Actualmente, fabrica juguetes de madera reforestada, especialmente rompecabezas de la fauna paraguaya, que busca crear en el niño una conciencia ambiental desde temprana edad y reconoce que la Escuela le ayudó bastante a la hora de organizarse diariamente. 

Por su parte, Karen Cruz es profesora de educación física, instructora y entrenadora funcional y de técnicas de combate. Trabajó para el Ministerio de Educación y Ministerio del Transporte en Venezuela.

Sin embargo, cuenta, que desde que llegó a Paraguay le costó bastante conseguir un empleo fijo, por lo que decidió promover un Programa de Salud Física que se llama «No Camines Sola».

Actualmente busca impulsar, acompañar y motivar a personas de todas las edades, dentro de espacios abiertos y naturales a realizar caminatas guiadas y programas de entrenamiento físico, planificados de manera individualizada.

Para ella, la Escuela es clave para el aprendizaje de la cultura y leyes paraguayas. “Me brindan la oportunidad de dar a conocer mi trabajo a través de personas que nos han hecho acompañamiento y sirven de canales y enlaces dentro del sistema. Además de la asesoría en las áreas para el desarrollo de habilidades en nuestros emprendimientos”, resalta.

Norkalin Vilchez, lleva un año y medio viviendo en Paraguay, también debido a la crisis en Venezuela. Afirma que en su país trabajaba en casas de familia y ahora hace comidas rápidas, como arepas, tequeños y hamburguesas.

“El trabajo que está haciendo la escuela de emprendedores me parece muy bien ya que, de verdad, necesitamos que se nos ayuden a poder seguir adelante. Emprender en otro país que no es el tuyo no es fácil y las asesorías que recibimos en esta escuela nos han ayudado mucho”, remarca.

Otra muestra de los trabajos que realizan las mujeres migrantes. / GENTILEZA.

¿Por qué es importante el proyecto?

Mariene Rodríguez, de Semillas para la Democracia, apunta a que el mayor aporte de este proyecto es la generación de oportunidades socioeconómicas para mujeres migrantes, refugiadas y solicitantes de refugio que generalmente no están consideradas en programas de apoyo al emprendimiento.

Son personas que, en sus primeros años de llegada y residencia en nuestro país, necesitan más apoyo, información y asesoramiento.

“Consideramos que estos aportes a la sociedad lo realizarán las propias mujeres que finalmente son las verdaderas protagonistas de esta iniciativa y de sus diversas historias de lucha que son muy enriquecedoras”, acota.

Por su parte, Tite Vera, de Articuladas, sostiene que este tipo de proyectos son necesarios porque hoy en Paraguay todavía existe una brecha gigante en cuanto a igualdad y falta de acceso a leyes que garantizan derechos.

Dice que muchas mujeres, tanto migrantes como paraguayas, trabajan en la informalidad, por lo que no les pagan ni el sueldo mínimo. “Entonces la gente encuentra en el emprendedurismo esa salida económica que le puede dar un ingreso escalable y sostenible. Ese emprendimiento les da dignidad”, concluye.