A Rita Benegas no le es ajeno el hecho migratorio. Ya a los tres años tuvo que dejar su Ypacaraí natal, porque su familia se trasladó a Asunción donde ella se crió y terminó sus estudios secundarios. Ahora lleva en España 18 años y cuenta que vino a trabajar para juntar dinero y estudiar medicina.
«La carrera de medicina me llamaba mucho la atención, pero claro, sabía que mis padres no tendrían la capacidad de cubrir ese gasto y aunque yo trabajaba, mi sueldo era muy básico», explica.
Un día decidió buscarse la vida y quizá labrarse un futuro económico más promisorio, postergando ese sueño de ser médica para más adelante. Con la idea de juntar dinero para luego poder estudiar, su vida fue transcurriendo entre trabajo y trabajo. Cuando ya contaba con 10 años de «antigüedad» como migrante, ocurrió algo inesperado.
El hecho viral, un preámbulo para conectarse con otros compatriotas
De la noche a la mañana pasó de ser una chica anónima –un número más en la cifra de personas migrantes–, a convertirse en un personaje viral, gracias a la réplica que hizo a unas desafortunadas expresiones del entonces Presidente del Paraguay. La carta al presidente Cartes y una foto con el dedo del medio.
En junio del 2015, el entonces presidente del Paraguay, Horacio Cartes, dijo: «Nosotros exportamos pobreza a España». Esas expresiones sentaron muy mal a la comunidad migrante paraguaya. El discurso lo había dado en un foro sobre inversión, en Madrid y estuvo organizado por el periódico El País, uno de los más importantes en el universo hispanohablante.
Varias agrupaciones e individualidades mostraron su indignación a través comunicados y redes sociales. Hubo campaña de firmas, de repudio, memes, pero ninguno tuvo tanta repercusión como una foto y una carta abierta al entonces Presidente Horacio Cartes, de una joven trabajadora que limpiaba casas en Barcelona.
En la foto se la veía a Rita Benegas mirando fijamente a la cámara y en la mano izquierda portaba un guante de goma donde hacía resaltar el dedo del medio.
publicación de Facebook/ FOTO Gentileza.
En la extensa carta, manifestaba toda su indignación, con párrafos como este:
«Reciba usted el cordial saludo de una inmigrante desde uno de sus puestos de trabajo, una inmigrante que le puedo asegurar está mucho más preparada que uno de los diputados de su gobierno».
Rita se acuerda que estaba en el trabajo, que su cuñada la había llamado y le había contado lo que dijo el Presidente. Recuerda que en ese momento le causó hasta gracia, pero que luego se puso a escuchar las noticias, a informarse mejor y ya no le parecía tan simpática la situación.
Esa publicación habría tocado las fibras de muchos migrantes paraguayos y sus familias, porque esa «carta abierta» se hizo viral en muy poco tiempo por las redes sociales e incluso llegó a difundirse por los medios tradicionales de España, Paraguay y Argentina. Pocos días después, el Presidente tuvo que pedir disculpas mediante un comunicado. Nunca se sabrá si fue por las campañas o por la repercusión de aquella carta.
Rita explica el contexto en el que lo hizo: «En ese momento me llaman de Paraguay para contarme que mi padre había tenido una recaída y tenía que enviar dinero para que fuese tratado en el hospital».
Entre esa mala noticia y que, justo en ese momento estaba limpiando un baño, Benegas se sintió desbordada y su manera de explotar fue escribiendo esa carta, pensando en que tendría poca difusión. Lo hacía más por ella, por lo que sentía. Unas palabras para el presidente Horacio Cartes y una foto con el dedo del medio. Un contundente «na’ape» (acá tenés). «Lo hice desde el corazón, con rabia», sentencia Benegas.
De la viralidad a la acción solidaria
Ahora que pasaron casi ocho años de aquello, Rita Benegas sigue recordando lo sucedido y la manera fugaz con la que había ocurrido todo.
«Fue todo tan rápido que incluso en ese momento no me enteré, ya que se acabó la batería de mi teléfono y no tenía cargador», rememora. Continúa contando que, al llegar a su casa por la noche, su gente le habló de la cantidad de veces que se había compartido la publicación en redes.
En ese momento le llamó la atención los comentarios de gente que se sentía identificada con la carta viral. «Me asusté, eran demasiados mensajes, ya sea en público o en privado, que me sentí saturada», recuerda.
De aquel susto inicial, ella pensó en pasar a una acción más proactiva, ya que tanta gente le estaba escribiendo. «Quise aprovechar eso y crear algo que desde el primer año que pisé este país lo quería hacer», cuenta Benegas.
Mundo (PSM). Las pioneras: Elena Caballero, Lourdes Martínez, Mari Fleitas y Rita
Benegas/ FOTO Gentileza.
Así fue que convocó a un encuentro, al que acudieron cuatro personas. Después, juntaron más gente y así nació el grupo Paraguayos Solidarios por el Mundo (PSM), para la ayuda mutua entre compatriotas.
«Hoy día ya no pertenezco al grupo, pero me siento orgullosa de haberlo creado y que haya madurado y logrado tantas cosas», lo dice con cierta añoranza, porque considera
que es como un hijo que parió, al que le dio el nombre y que por motivos personales
tuvo que abandonar.
«Los miro desde fuera y me siento tan orgullosa, aunque no se deba a mí los logros obtenidos si no a quienes se quedaron y a quienes van entrando», aclara.
La vida de Rita Benegas sigue igual que antes, aunque en este tiempo pudo estudiar y
recibirse de técnica sociosanitaria. No es medicina, como ella quería, pero es de la
misma rama, «aunque con frutos más pequeños», dice Rita sonriendo.
Reconoce que esa carta y esa foto de hace ocho años le permitió conocer a mucha gente interesante. Llegó a personas que se preocupan de verdad por la gente. Hasta la invitaron a ser panelista estable en un programa de radio.
«Mi vida en la actualidad se basa en trabajar, estudiar y dedicarme a mi familia, como siempre. Pero con un plus que es la radio y un grupo de mujeres a las que debo mucho», reflexiona.
Mujeres migrantes que luchan por sus derechos
Hoy día, Rita trabaja en una fundación para personas con discapacidad. Estudia gestión administrativa y activa en un grupo de mujeres de las que aprende mucho y a las que quiere como a hermanas.
«Nos reunimos cuando podemos, algunas trabajan incluso de interna, y compartimos experiencias, traumas del pasado, hablamos de todo lo difícil que es ser mujer y sobre todo en un país con tan pocos derechos como el nuestro».
hoteles, denominadas «Las Kellys»/ FOTO Gentileza.
Es por ello que Rita cree en la organización y que es la forma de conseguir lo que una se propone, como el cumplimiento de sus derechos, como mujer y como migrante. «Estamos intentado organizarnos y conseguir que más mujeres se den cuenta de cuán importante es el estar unidas», finaliza.
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