El pasado 30 de julio se celebró el día de la Cruzada Mundial de la Amistad en la ciudad en la que nació, Puerto Pinasco. Desde El Otro País fuimos testigos de los festejos en homenaje de una importante fecha que retrotrae a los habitantes de Puerto Pinasco del departamento de Presidente Hayes a los recuerdos de la época de la explotación del quebracho en manos extranjeras y a los tiempos de prosperidad para muchos antiguos pobladores.
En medio del desfile que protagonizaban los niños y jóvenes estudiantes de distintas instituciones educativas, se notaba el jubilo que había entre los vecinos donde, en una calle, a la vera del rio Paraguay, marchaban en honor al Día de la Amistad.
Fue todo muy emotivo, se notaba la actitud de unidad en torno a tan importante actividad que reúne a los habitantes, recordando siempre al artífice de este noble ideal, el doctor Artemio Bracho, quien fundó en 1958 la Cruzada Mundial de la Amistad. El 30 de julio es reconocido incluso como Día Internacional de la Amistad por la Asamblea de las Naciones Unidas, desde el año 2011.
El festejo, propiciado por el municipio de Puerto Pinasco, fue un momento de gratos recuerdos para los antiguos pobladores, que incluso después de 56 años volvían para visitar ese terruño que les vio nacer, como fue el caso de la señora Marilin Maciel, quien decía sentirse emocionada al ver de nuevo la casa de sus padres, la antigua escuela y la iglesia que mantienen su arquitectura. Ella cuenta que llego a trabajar en la histórica fábrica de tanino, atendiendo a la gente y llegó a ver las once chimeneas “que miraban hacia el cielo/ como queriendo tocarlo/ eran once chimeneas que destilaban tanino/ robándole sangre al Chaco”, como retrata Maneco Galeano en su canción a Puerto Pinasco.
Después de muchas décadas de haber cerrado la fábrica, que perteneció a sucesivos propietarios, como la Compañía Rosarina de Campos y Bosques, luego la empresa norteamericana New York and Paraguay Company, que incursiono en la industria del tanino y que también transfirió sus intereses a la International Production Corporation y por último la empresa argentina Invicta Limited, que tomó la posta pero en poco tiempo se declaró en quiebra, dejando cesantes a numerosos trabajadores, que tuvieron que buscar nuevos horizontes, pero los habitantes que quedaban continuaron resistiendo las adversidades para que el pueblo no quede en el olvido.
Renaciendo tras la crisis
En épocas pasadas, Puerto Pinasco fue un lugar de mucha prosperidad. Actualmente, de nuevo miles de habitantes ven florecer el pueblo conservando sus raíces y soñando por un futuro mejor.
El intendente Pedro Recalde, quien es médico de profesión, nos comentó que uno de sus anhelos principalmente es la tener una ruta asfaltada que conecte a los pobladores con Asunción y el resto del país, pues hasta ahora solo existe conexión por el río Paraguay y por caminos de tierra en pésimas condiciones.
El camino que puede traer el progreso para los Pinasqueños es tener una conexión mediante la ruta negra o asfaltada, para tener salida hacia la ruta Transchaco, que queda muy distante de la localidad.
La otra opción es conectar a Pinasco con Puerto Casado, que es la más cercana, a unos 40 kilómetros y de ahí tener salida a la ruta bioceánica, que une Carmelo Peralta con la ciudad de Loma Plata, departamento de Boquerón. Eesto daría soluciones a diversas necesidades de los vecinos y mejorar la economía, ya que muchas veces, en épocas de lluvias quedan aislados y su única vía de comunicación es por el río Paraguay en barco, lanchas o balsas.
Actualmente, la comunidad posee 8.000 habitantes, que en un 60 por ciento son indígenas. Muchos trabajan en la función pública, otros son peones de estancias y también se dedican a la ganadería.
Pinasco posee lugares que conservan las estructuras antiguas de la época de la industria taninera, además de sitios atractivos para el turismo, sobre todo en la ribera del rio.
La ciudad cuenta con un puesto de salud, un sistema educativo que abarca desde el nivel inicial hasta la educación media, pero hace falta que se instale una filial de alguna universidad para que los jóvenes no tengan que migrar para seguir sus estudios. Además, cuenta con un centro informático dependiente del MITIC (Ministerio de Tecnologías de la Información y Comunicación), donde se capacitan niños desde los 10 años, jóvenes y adultos.