Los participantes son productores y emprendedores que se dedican a la apicultura, la artesanía, la horticultura y a diversos emprendimientos, inclusive del rubro gastronómico.
Son más de 10 asociaciones de productores, equivalente a unos 80 participantes que llegaron hasta Casado, con el fin de confraternizar y aportar ideas que fortalezcan sus trabajos para el desarrollo sostenible.
Compartieron ideas y experiencias entre productores de la zona, de la Región Oriental y la Argentina, bajo el lema: “Entrelazando culturas y estrategias de gestión territorial, para fomentar comunidades indígenas y rurales resilientes ante los efectos del cambio climático”.
El encuentra es organizado por diversas organizaciones civiles que hicieron posible la realización del primer intercambio, entre los que se encuentra la organización Pro Comunidades Indígenas (PCI), Comunidad y Desarrollo Sostenible (CODES), Eirete Pantanal y KAVA, con el apoyo financiero de los proyectos Tejiendo la Ruta de la Miel y Humedales Sin Frontera; así también como WWF-Paraguay, a través de sus proyectos VAC (Voces para la Acción Climática Justa), Vida en el Pantanal Paraguayo y Salvando el Corazón de Sudamérica.
Proyectos esperanzadores
Uno de los participantes del rubro de apicultura, Juan Vallejos, de Fuerte Olimpo, dijo que en este intercambio escuchó varias experiencias que sirven para alimentar su conocimiento para seguir adelante con la producción apícola, también en la horticultura y además para apoyar a las artesanas, ya que es de profesión técnico agrícola y le motiva para trabajar y paliar la difícil situación económica actual. Son proyectos esperanzadores, indicó.
Igualmente, Derlis Martínez, productor de miel de Puerto Sastre, comentó que la apicultura es un rubro que genera mucho ingreso y deja tiempo para dedicarse a otras actividades. El año pasado cosecharon 300 kilos de miel, a pesar de la adversidad, ya que de una etapa de crisis de sequia se pasó a la inundación. Este año se registraron 500 milímetros de lluvia, en un solo día, lo que ocasionó pérdidas, pero de igual forma están motivados para seguir produciendo, expresó.
En el caso de la artesanía en karaguata, una actividad propia de los indígenas del pueblo Ayoreo, el líder Oscar Posoraja, destacó la recuperación de una costumbre ancestral. Se elaboran los tradicionales bolsos o morrales, que llevan un largo proceso para su confección, ya que abarca desde la extracción de la materia prima en el monte. La elaboración de un bolso lleva aproximadamente un mes.
Lo que buscan ahora es afianzarme en un mercado para la venta de esos productos. También trabajan en la elaboración de cestos y canastas, además de tallados en madera y diversos artículos decorativos, lo cuales mostraron en una exposición durante el encuentro.
Participación de mujeres
Las mujeres emprendedoras tuvieron mucha participación. Realizan diversas actividades, ya sea en tejidos de hilo, como Claudia Silva, de Puerto Sastre, quien es integrante de un comité y Gladys García, de Puerto Guaraní, que incursiona en el rubro gastronómico. Su principal fuente de ingreso se encuentra en su propia localidad y en las ferias que realizan para fomentar la producción y el consumo local.
Cintya Martínez, de la organización Pro Comunidades Indígenas (PCI), dijo que el encuentro es una oportunidad, en donde las diversas asociaciones comparten sus experiencias, ya sea acerca de las dificultades que atraviesan y las fortalezas que tienen para salir adelante, a pesar de las adversidades.
Los productores fueron participes de talleres, conferencias y actividades prácticas, que fomentan el intercambio de conocimientos, así como la capacitación en la promoción de productos a través de medios digitales, para mejorar la comercialización. También buscan fortalecer a las comunidades participantes y preservar sus culturas, apuntando al desarrollo sostenible de la región, en un contexto de desafíos climáticos.
Se destaca la participación de los apicultores, que ya están preparados para abrirse en el mercado extranjero, atendiendo que están logrando certificaciones de calidad y su producción es ecológica. Hugo Olmedo, de la Asociación KAVA, explicó que están apuntando inclusive a la exportación de miel a Europa.
Los participantes del taller tuvieron la oportunidad de recibir capacitación en marketing digital para buscar una salida de los productos a través de las redes sociales, captar fotografías y realizar ediciones mediante la herramientas gratuitas que ofrece internet.
Otra capacitación importante es la contabilidad básica para que las asociaciones de productores tengan manejo de sus ganancias. Adquieren conocimientos informáticos para que las iniciativas sean rentables y que las organizaciones puedan sostenersede forma independiente.
Efectos del cambio climático
Entre las principales adversidades que afrontan los productores apícolas, coinciden que sufren mucho los efectos del cambio climático, que influye negativamente en la producción de la miel de abeja, con las intensas sequias y las inundaciones.
En el caso de los artesanos, la falta de mercado es uno de los factores que esperan superar para eso requieren de apoyo para que sus productos lleguen a los puntos de venta en las ciudades.