El árbol caído que renació como una artística biblioteca en Valenzuela

Un añoso árbol de Inga fue derribado por una tormenta en el establecimiento veraniego Flor del Bosque, en Valenzuela. Nelly Vázquez, la propietaria, no quiso que el árbol muera y le pidió a un artesano que fabrique con el tronco un mueble para libros. De este modo, sumó una cuarta pequeña biblioteca a las tres que se habilitaron durante el 2023 en su comunidad. Se inauguró el 19 de diciembre, a orillas del arroyo Y’aka. Es la número 163 de la Red de Bibliotecas Callejeras Paraguayas, una cruzada cultural que inició en 2018 el escritor Aníbal Barreto Monzón.

El día en que salió a recorrer su terreno para evaluar los daños, después de una fuerte tormenta, la empresaria Nelly Vázquez, dueña del Establecimiento Turístico Flor del Bosque, ubicado en la compañía Kurupayty, de la ciudad de Valenzuela, sintió mucha tristeza al ver que un gran árbol de Inga se hallaba caído y roto, tras haber sido derribado por el fuerte ventarrón.

Era uno de sus árboles preferidos en el amplio y verde espacio a orillas del arroyo Y’aka, en las afueras del centro urbano, uno de los que más preferían admirar los visitantes, por sus dulces frutos, su fresca sombra, su elegante porte.

“Mandé cortar el tronco, pensando en qué destino mejor le podría dar. En esos días, mi tía Verónica Vázquez, conocida periodista y docente, llevaba adelante la habilitación de las primeras bibliotecas callejeras en el centro de Valenzuela, con el apoyo entusiasta de muchos vecinos. Se me ocurrió que podíamos instalar también una biblioteca en Flor del Bosque y, ¿por qué no?, talvez el tronco del Inga caído podía ser útil”, cuenta Nelly.

Se puso en contacto con Miguel, un carpintero artesano de la ciudad, a quien preguntó si acaso podría construir con el tronco un pequeño mueble para libros. El hombre le dijo que sí. Nelly esperaba una construcción más rústica, pero Miguel le entregó a los pocos días una fina obra de arte de tallado en madera. Había ahuecado el tronco, cortando una parte para convertirlo en una puerta con bisagras, instalando estantes en su interior. Nelly se encargó de barnizarlo y dejarlo brillante. Lo instalaron con una base de cemento en el mismo lugar en que había estado el árbol.

Nelly Vázquez, con la Biblioteca que pudo mandar construir con el tronco del Inga caído, en Flor del Bosque. / Desirée Esquivel Almada.

El jueves 19, el Árbol Biblioteca (o la Biblioteca Ambiental, como la llaman Nelly y Verónica), fue oficialmente inaugurada en Flor del Bosque, con presencia de la intendenta municipal, Mirtha Fernández; el director de turismo de la comuna, Virgilio Cantero; varios referentes de la comunidad e invitados especiales llegados de la capital y otras localidades, como el promotor de la red de Bibliotecas Callejeras Paraguayas, Alvaro Giménez Kropf.

Se cumplía un ciclo muy significativo. El árbol que había dado frutos y sombra en un bello entorno natural, caído ante una fuerza climática, ahora renacía en el mismo lugar, convertido en un artístico espacio de libros, para regalar lectura a quienes vienen a buscar descanso y naturaleza.

La nueva biblioteca ambiental está instalada en un bello entorno natural. / Desirée Esquivel Almada.

Valenzuela, la ciudad de las bibliotecas

Así como lo relatamos en un reportaje anterior, la histórica ciudad de Valenzuela, conocida como «la ciudad de la piña», inauguró su primera biblioteca callejera el 12 de abril de 2023, en el barrio San José.

Fue una iniciativa de la periodista y docente Verómica Vázquez, inspirada en la experiencia de nuestro espacio creativo Ñe’ẽ Raity, en Atyrá, que a su vez es una continuidad de la cruzada en favor de la lectura, iniciada en 2018 por el escritor Aníbal Barreto Monzón (fallecido en 2023).

Aquel primer emprendimiento de los pobladores pronto tuvo seguimiento con la habilitación de una segunda biblioteca, en el barrio Sagrada Familia, en la plaza de la Iglesia San José, el jueves 23 de noviembre. En este caso, el mueble fue construido artísticamente con un horno micro hondas reciclado.

No pasó mucho tiempo para que recibamos una nueva invitación para inaugurar otras dos bibliotecas, el jueves 19 de diciembre.

La biblioteca número tres de Valenzuela se inauguró a media mañana en la Plaza Vy’a Renda, en un espacio compartido por pobladores de los barrios San Francisco y San Roque, durante un acto que fue una verdadera fiesta vecinal. Esta biblioteca lleva el número 162 de las habilitadas hasta ahora en todo el país.

Inauguración de la tercera biblioteca en la plaza Vy’a Rendá, de Valenzuela. / Desirée Esquivel Almada

Posteriormente nos trasladamos hasta el establecimiento Flor del Bosque, donde nos esperaba la bella biblioteca esculpida en el tronco de Inga, a la que se adjudicó el número 163 de la lista manejada por la Red de Bibliotecas Callejeras del Paraguay.

Alvaro Giménez Kropf, quien acompaña desde sus inicios la cruzada de las bibliotecas callejeras, promovida por el recordado escritor Aníbal Barreto Monzón, coincide en que la del tronco de Inga en Flor de Bosque es una de las más artísticas y originales que hemos visto hasta ahora.

“Hay bibliotecas que se instalaron en heladeras recicladas, en hornos eléctricos o micro hondas, incluso en viejos vehículos motocarros, pero es la primera vez que vemos una construida en el tronco de un árbol, perfectamente integrado a un espacio ecológico”, destaca Álvaro.

Nelly explica que, además de novelas, libros de cuentos y poesía, materiales educativos y de literatura infantil, el Árbol Biblioteca contiene especialmente textos sobre medio ambiente y ecología.

“En nuestro local pedimos a los visitantes a que nos ayuden a mantener la limpieza, a cuidar y proteger el arroyo y el entorno ambiental. No permitimos la polución sonora y buscamos ofrecer que la gente encuentre aquí un sitio de descanso, de tranquilidad y relax”, indica la empresaria.

El próximo 7 de enero, en Flor del Bosque se llevará a cabo el tradicional Festival Y’aka, un encuentro con música en vivo y asado a la estaca, que además de ofrecer un buen divertimento, busca concientizar sobre la necesidad de mantener limpios los arroyos. “Ta ipotïke ysyry kuera” (que se mantengan limpios los cauces de agua) es el lema del evento.

La periodista Verónica Vázquez y el pequeño Junior, el voraz lector de obras en guaraní, que inspiró la creación de bibliotecas callejeras en Valenzuela. / Desirée Esquivel Almada

El niño que inició la campaña de lectura

En Valenzuela pudimos conocer a Francisco Ruiz Díaz, más conocido como Junior, un niño de 9 años, residente de la compañía Cancio Flecha, quien fue el que inspiró a Verónica Vázquez a llevar adelante la habilitación de la primera biblioteca callejera en la ciudad, que luego desertó el interés de los pobladores ara seguir instalando otras.

“Un día, hace cerca de un año, Junior pasó por nuestra tienda de artesanía con su mamá y vio algunos libros que yo tenía sobre el mostrador. Me pidió mirar, eligió uno de ellos y se sentó a leer. Cuando su mamá se iba a marchar, él estaba tan compenetrado que dije que le prestaba el libro, que lleve a leer y luego me traiga otra vez. Le gustó tanto que su mamá le tuvo que fotocopiar para quedarse con un ejemplar”, cuenta Verónica.

Aquel texto que enamoró a Junior por la lectura fue el relato Mbarakaja pyta (Gato rojo) del poeta y escritor guaraní Maurolugo. Se lo mostró a sus compañeritos de la escuela y pronto visitaron a Verónica, acompañado de una de las maestras para preguntarle si tenía más libros disponibles. Fue cuando la periodista decidió instalar la primera biblioteca en su barrio, frente a su residencia, encontrando un decidido apoyo de todos los vecinos.

Junior es hoy uno de los principales promotores del cuidado y buen funcionamiento de las bibliotecas callejeras en Valenzuela. “Es muy divertido leer y se aprende mucho”, dice el mita’i. Lo llamativo es que a él le gusta leer obras escritas en lengua guaraní.

Valenzuela es conocida como «la ciudad de la piña». Las frutas fueron parte de la inauguración de las bibliotecas. / Desirée Esquivel Almada.

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