Movilización universitaria logra abrir espacios para elaborar políticas públicas

¿Qué pasa cuando el Gobierno promulga una ley sin escuchar a la ciudadanía en Paraguay? En abril, estudiantes universitarios demostraron con semanas de movilización masiva y paros académicos, que el silencio no es la respuesta. Lograron que el Gabinete del presidente Santiago Peña habilitara mesas de trabajo con participación ciudadana, para discutir cómo garantizar recursos para el Arancel Cero y programas sociales afectados por la derogación del FONACIDE. ¿Cómo se encaró la lucha en Alto Paraná? Algunos protagonistas cuentan su historia.

“Hecha la ley, hecha la trampa”, esta frase popular podría aplicarse a la Ley Hambre Cero en Paraguay. La mayoría oficialista del Congreso Nacional y el Gobierno de Peña aprobó esta normativa. El objetivo fue de garantizar alimentación escolar a más de un millón de niños y niñas. No obstante, dejaron sin recursos a programas de salud pública, investigación científica y universitaria, becas educativas y el arancel cero en las universidades. 

A inicios del mes de abril, el Gobierno aprobó la Ley Nº 7.264, que crea el Fondo Nacional de Alimentación Escolar. Esta acción estalló el descontento en el sector estudiantil.

Durante la movilización universitaria, hubo declaraciones de parlamentarios oficialistas y del propio Presidente de la República. Los mismos buscaron minimizar el movimiento, desacreditar a los dirigentes —tratándolos de personas instrumentalizadas por la oposición y formación necesaria para la discusión legislativa y presupuestaria—.  

El Otro País conversó con líderes estudiantiles de la Universidad Nacional del Este, quienes contaron cómo llevaron a cabo el proceso de lucha en Alto Paraná. Relataron además las dificultades que enfrentaron para construir unidad dentro del movimiento a nivel nacional hasta lograr ser escuchados por el Gobierno, la prensa y la ciudadanía. 

Daniela Fariña, Alan Aguayo y Andrés Vega son estudiantes de Derecho, mientras que Jesús Ramoa y Carlos Duarte son de la Facultad de Ingeniería Agronómica, todos de la UNE. Los cinco forman parte del grupo que lideró las asambleas y las distintas acciones de manifestación universitaria con sus compañeros en el Este del país. 

“Acá faltan personas muy importantes”, dijo Jesús Ramoa, al destacar que son muchos quienes participaron para movilizar en cada una de las facultades. También varios estudiantes se unieron para generar contenidos de comunicación, organizar los viajes a la capital del país y analizar los documentos para la construcción de sus argumentos. 

Líderes estudiantiles exhiben un documento oficial clave sobre las fuentes de financiamiento del Estado, que les permitió construir una crítica sólida a la Ley “Hambre Cero”/ FOTO Sofía Masi.

Con determinación desde el primer momento, estudiantes de la UNE interceptaron al presidente de la República, Santiago Peña y al senador Silvio “Beto” Ovelar cuando visitaron Ciudad del Este, un día después de la aprobación de la ley “Hambre Cero” en la Cámara de Senadores. 

“El mismo día que nos reunimos con él y que nos prometió que garantizaría los recursos para el Arancel Cero, el presidente promulgó la Ley Hambre Cero. No podíamos confiar”, comentó Daniela Fariña. 

La estrategia: estudiar para debatir y dialogar para construir unidad 

Al ver cómo desde el Poder Ejecutivo avanzaba hacia la implementación de la Ley Hambre Cero, sin apertura para garantizar los recursos para el Arancel Cero ni los demás programas con inversión pública, los estudiantes de Alto Paraná viajaron hasta Asunción y se sumaron a la manifestación universitaria que realizaban los alumnos de la Universidad Nacional de Asunción. 

“Fuimos hasta el Congreso y buscamos la información precisa sobre la situación del presupuesto. Con la Comisión Bicameral de Presupuesto accedimos a un documento del propio Ministerio de Economía donde decía que el Tesoro Nacional no tenía fondos suficientes, la famosa Fuente 10 de donde pretenden financiar el Arancel Cero es deficitaria”, comentó Jesús Ramoa.  

Y en ese sentido, Daniela Fariña expresó: “La Ley del FONAE es una ley que no tiene una estructura lógica, legal, de financiamiento y fue aprobada arbitrariamente sin diálogo”. 

Estudiantes formaron un equipo para estudiar documentos y construir los argumentos para el debate público / FOTO Sofía Masi. 

Con este panorama, estudiantes de la UNE crearon un equipo de investigación para estudiar las leyes y posibilidades. Haciendo un análisis de coyuntura política. Consideraron que integrantes del oficialismo estaban operando de manera arbitraria y con una mayoría avasallante, por lo cual, resolvieron que lo más viable era luchar por una nueva ley. 

“Por el contexto político, no creímos que se logre la derogación, pese que es una ley que está mal de raíz. Entonces de la UNE planteamos una nueva ley que pueda cubrir el Arancel Cero y garantizar los demás programas que quedaron sin recursos. (…) No puede ser que el Gobierno cree una ley y deje a la deriva otros varios programas y proyectos”, afirmó Fariña.  

Caminando hacia el consenso

Tras un debate interno con movimientos estudiantiles de la UNA y las demás universidades públicas como Itapúa, Villarrica, Concepción, Caaguazú, lograron un consenso. 

La movilización estudiantil retumbó en el centro de Ciudad del Este y cerró la zona primaria del Puente de la Amistad / FOTO Sofía Masi

La manifestación universitaria fue sostenida y el 18 de abril, una masiva movilización de estudiantes con apoyo de docentes y de la ciudadanía autoconvocada, cerró el acceso al país en la cabecera del Puente de la Amistad en Ciudad del Este. Finalmente, el 19 de abril, se instaló una mesa de diálogo entre la dirigencia estudiantil universitaria y el gabinete del Gobierno Nacional. 

Tras aproximadamente seis horas de debate, se logró un acuerdo: instalar mesas de trabajo para construir políticas públicas y garantizar el financiamiento del arancel cero, programas de educación superior, salud y otros que fueron afectados por la derogación del FONACIDE. 

El acuerdo firmado por dirigentes estudiantiles y representantes del Gobierno Nacional, con el compromiso de instalar mesas de trabajo / FOTO Gentileza.

Desde entonces, en la UNE, estudiantes se reúnen para estudiar leyes, presupuestos y desde la UNA realizan un llamado abierto a investigadores/as de diversas áreas para aportar en la discusión y construcción de propuestas. 

Un abanico de posibilidades 

Durante el proceso de lucha, surgieron varias alternativas. Como, por ejemplo, un proyecto de ley presentado en audiencia pública por parlamentarios de la oposición. El mismo plantea asegurar el financiamiento de programas aplicando el Artículo 150 de la Ley N° 6380/2019 «De Modernización y Simplificación del Sistema Tributario Nacional», que establece la creación del Fondo para el Fortalecimiento de Infraestructura y Capital Humano (FOICAH).

Se propone además, una cuenta específica para el financiamiento de los programas, para blindar y garantizar los recursos.

También surgió una iniciativa popular llamada “Recuperemos todo”, trabajada desde la academia y con participación de diferentes sectores. Esta propuesta es de estudiantes y docentes universitarios, docentes de nivel preuniversitario, padres de familia y profesionales de la salud, que han sido afectados por la eliminación del FONACIDE.

Entre los proponentes figuran: Erwin López, estudiante de Arquitectura en la Facultad de Arquitectura, Diseño y Arte (FADA) de la UNA, Florencia Inés Venega, estudiante de Ingeniería Civil de la Facultad de Ingeniería (FIUNA), Ernesto Weber, Presidente de la Sociedad Paraguaya de Pediatría (SPP), Stella Marys Ayala, Secretaria General de la Unión Nacional de Educadores — Sindicato Nacional (UNE SN) 2023- 2028 y Francisca Monges, presidenta de la Federación Nacional de Asociaciones de Padres de las Escuelas Públicas del Paraguay (FEDAPY). 

Estudiantes de la UNE realizaron cortes de ruta en varios puntos de Alto Paraná hasta lograr que se escuchen sus reclamos / FOTO Gentileza.

Este mes se habilitan las mesas de trabajo con el Poder Ejecutivo. Desde el sector estudiantil se organizan para discutir propuestas, pero no bajan la guardia, por si se vuelvan a cerrar las puertas de diálogo, que con mucho esfuerzo colectivo lograron abrir.

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