Una niña desaparecida es hallada tras intervención social: un caso que revela la falta de identidad en comunidades indígenas

Una niña de 13 años del pueblo Mbya Guaraní, desapareció en mayo, pero la falta de cédula de identidad impidió una búsqueda efectiva. Lo acontecido revela graves deficiencias en la protección de los derechos de los niños indígenas y la necesidad de documentación oficial para garantizar derechos básicos de estas comunidades. Te contamos cómo la presión de organizaciones civiles influyó para que esta historia tenga un final feliz.

Mariza M.V. es una niña del Pueblo Mbya Guaraní, nacida el 10 de agosto 2010. Hoy día tiene 13 años, vive en la comunidad Takuapu Miri de Villeta junto a su padre, madre y seis hermanas y hermanos. 

El martes 21 de mayo 2024, como de costumbre Mariza sale de casa con su uniforme escolar, se encamina a la Escuela Nacional Profesor Adolfo María Monges, parando para almorzar en el comedor del Programa de Abrazo (gestionado por el Ministerio de la Niñez y la Adolescencia – MINNA). El mismo está ubicado en el Asentamiento Sol Naciente, de Villeta.

En dicho lugar, se registra su última ubicación conocida: no llega a la escuela. El mismo día, la madre denuncia su desaparición ante la Comisaría 14 de Villeta de la Policía Nacional.

Instituciones no estaban buscando a la niña

Una larga semana pasa sin noticias de Mariza. El domingo 26 de mayo 2024, el Coordinador del Programa de Atención Integral a la Niñez Indígena (PAINI – MINNA) Basilio Benítez, emprende una recorrida de búsqueda por la zona de la Estación de Buses de Asunción. El mismo llega a la Comisaría 15 Metropolitana, donde recibe una  información chocante: no subieron la denuncia al sistema informático de la Policía Nacional. 

El Protocolo de Procedimiento Judicial para la búsqueda y localización de personas desaparecidas es regulado por la Resolución N° 666/2017. El capítulo de “Recepción de la denuncia” recita, en su punto a): “El personal judicial deberá recibir la denuncia en todos los casos, sin considerar el tiempo entre la desaparición y la denuncia, sin necesidad de requerirse comprobación del parentesco ni la documentación que acredite la identidad de la persona extraviada o desaparecida”. Sucesivamente, el punto b) recita: “Datos que deberían contener, en lo posible, nombre y apellido, edad, […] número de Cédula de Identidad […].

Ariel Martínez Villalba, líder de la comunidad Takuapu Miri de Villeta, es hermano mayor de Mariza. Ante la cámara, denuncia que la causa de la falta de búsqueda de Mariza, una niña de origen Mbya Guaraní, es debido a la falta de Cédula de Identidad, que su hermana nunca pudo conseguir, junto a un consistente número de niñas, niños y adolescentes de la misma comunidad.

Ariel Martínez Villalba, líder de la comunidad Takuapu Miri de Villeta. /Matteo Fabi.

La joven obtuvo el Carnet de Indígena, un documento otorgado por el INDI que no produce derechos, sino más bien representa un requisito previo para la obtención de la Cédula.

Inacción del Estado

El líder denuncia la inmovilidad de las tres instituciones que deberían organizar una jornada de documentación oficial: el Instituto Paraguayo del Indígena, la Dirección de Registro Civil y el Departamento de Identificaciones de la Policía Nacional.

Además, Martínez subraya cómo, al presionar a las autoridades competentes con el fin de que cumplan su deber profesional, recibe como justificación la imposibilidad de otorgar Cédula de Identidad por falta de Certificados de Nacido Vivo.

En la comunidad, explica, hay una partera que ofrece acompañamiento en casos de embarazo y parto, según la costumbre cultural de los Mbya Guaraní, cuyo derecho es garantizado por la Constitución Nacional. Sin embargo, el mismo Registro Civil regula trámites en el caso de “Parto sin asistencia médica (en el domicilio)”, donde se declara la posibilidad de inscripción de nacimiento a través de declaración jurada de dos mayores con Cédula de Identidad y dos testigos.

El mismo autor de este artículo puede testimoniar la amplia difusión de dicha práctica, participando desde más de dos años a la Campaña de Documentación a comunidades indígenas, en el marco del convenio interinstitucional firmado por el Tribunal Superior de Justicia Electoral y la Organización Tierraviva para la ejecución del Proyecto “Derecho a la Identidad mediante acceso a documentación oficial de personas indígenas en Paraguay”.

La comunidad mbya garaní de Takuapu Miri de Villeta se unió en la búsqueda de la niña desaparecida. / Matteo Fabi.

La documentación oficial representa, para la población indígena del Paraguay, el acceso a programas sociales y políticas públicas, que tiene el Estado dirigido a la población indígena especialmente en tema de vivienda, salud e instrucción pública. Sin Cédula de Identidad, un indígena simplemente no existe frente al Estado.

La misma Mariza, que frecuenta regularmente clases en la la Escuela Nacional Profesor Adolfo María Monges, no podrá formalizar su título de estudios hasta que no obtenga dicho documento. Frente al Estado, Mariza no frecuenta ninguna institución escolar.

Sin embargo, después de una nota de solicitud oficial remitida por la Asociación Callescuela  —que acompaña a la familia y a la comunidad en el caso—, en la fecha 27 de mayo 2024, al séptimo día de desaparición de la niña, su caso prontamente apareció en el sistema de la Policía Informática.

La siguiente búsqueda por parte de las autoridades produjo, una semana después, la localización de Mariza. El 3 de junio 2024, la niña fue encontrada lejos de casa, en el departamento de Caaguazú. Al momento, se encuentra bajo la custodia de la Defensoría y el Ministerio de la Niñez y Adolescencia. Las causas de su desaparición son todavía objeto de investigación. 

El centro Kyringue Ñemboarai Renda es un centro de primera infancia de la comunidad Mbya Guarani en Villeta, con apoyo de la Asociación Callescuela. / Matteo Fabi.

La realidad de niños, niñas y adolescentes sin cédula de identidad

Al momento de esta publicación, otros 11 niños, niñas y adolescentes de la comunidad Takuapu Mirï siguen sin acceder al derecho a la identidad formal y esperan una pronta respuesta de parte de las instituciones del Estado, garantes de derechos, que hasta el momento si llegan al territorio, lo hacen de manera desarticulada. Si esto ocurre en el departamento Central a 30 minutos de la Capital, ¿Cómo será en el interior del país? 

Según el IV Censo Nacional Indígena 2022 del Instituto Nacional de Estadística (INE) “en cuanto a la tenencia de cédula de identidad, el 70,8% declaró tenerlo, y es mayor en área urbana que rural, 79,4% y 69,6%, respectivamente.”

Escuchá también: En busca de agua potable y segura para comunidades indígenas del Chaco Central – Podcast Episodio 1