A unos 120 kilómetros al sur de Ciudad del Este, cruzando el mar de soja, se encuentra el municipio de Raúl Peña, con una población de casi 10.000 habitantes. En este distrito rural, la mayoría se dedica a la agricultura mecanizada en medianas y grandes superficies de tierra. Los productores de origen brasileño-alemán son el grupo social dominante, aunque representan apenas el 20% de la población.
La comunidad brasiguaya ostenta mayores recursos económicos e invierte en escuelas, sanatorio privado y una cooperativa agrícola que promueve créditos para sus socios. Además cuenta con un sistema de acopio de granos y leche, así como los contactos con las corporaciones del agronegocio instaladas en Alto Paraná.
En ese contexto, familias campesinas paraguayas apuestan a la agroecología como un modelo de producción de alimentos sanos y libres de agrotóxicos. En los últimos años, las mujeres vienen asumiendo un rol protagónico en ese proceso, con la creación del Comité de Mujeres Hortigranjeras del Distrito de Raúl Peña.
El Comité Distrital es una asociación de 12 comités y aglutina a unas 180 mujeres hortigranjeras. En un municipio donde el Estado no está presente con políticas públicas de apoyo a la producción agroecológica, el respaldo del Servicio Evangélico de Diaconía (SEDi) de Argentina, ha sido clave.
Un informe de SEDi destaca el testimonio de Claudelina Benítez, presidenta del Comité 8 de Diciembre de Raúl Peña, quien expresó: “Contar con nuestros propios aviarios era un sueño lejano para nosotras, por la falta de apoyo del Estado. Pero pudimos organizarnos y gestionar el apoyo del Servicio Evangélico de Diaconía (SEDi) y la Congregación Ñacunday Sur (Iglesia Evangélica del Río de la Plata). Así logramos que entre 2016 y 2020 se beneficien un total de 93 familias de 7 comités para la cría de gallinas y producción de huevos con el doble propósito de autoconsumo, y venta en ferias y en nuestros vecindarios”.
Ella también mencionó que en 2018, SEDi les apoyó para iniciar un tambo, mediante la compra de cinco vacas lecheras, que ha ido creciendo con los años. Crían, alimentan y ordeñan las vacas de manera colectiva y el producto se usa para el consumo familiar.
SEDi es una asociación civil sin fines de lucro que viene apoyando a los comités de mujeres de Raúl Peña, desde el 2016. Esta organización les brinda capacitación, apoyo económico y acompaña las iniciativas comunitarias en este municipio de Paraguay, así como en Argentina y Uruguay.
Participación política de las mujeres hortigranjeras
Las mujeres vienen asumiendo un rol protagónico en la gestión y mejoría de la producción de alimentos en el municipio. Además, aprenden a valorar su trabajo y su voz en la esfera pública.
Vilma Melgarejo, presidenta del Comité Distrital de Mujeres de Raúl Peña, en entrevista con El Otro País comentó cómo la organización generó cambios en su vida.
“La diferencia en mi vida ha sido enorme en muchos sentidos. Me ayudó a entender que soy importante, que también puedo decir basta, y decir sí quiero o no. Me hizo una mujer fuerte, o sea nos hace fuertes. Veo que estamos perdiendo el miedo de hablar y errar, hoy día somos mujeres activas”, expresó.
Las lideresas del Comité ya representaron a su organización en eventos internacionales como el Congreso Internacional de Género y Religión en Brasil y el III Foro Mundial de Derechos Humanos, que se realizó en Buenos Aires, Argentina del 20 al 24 de Marzo de 2023.
El proceso organizativo de los comités de mujeres es acompañado por SEDi con capacitación permanente en técnicas agroecológicas. Así como en temas como participación política y prevención de violencia de género.
Karin Scholler, Coordinadora de programas de SEDi, destacó la importancia de los comités como espacios de socialización para las mujeres rurales.
“Los varones suelen tener más espacios para la recreación; se juntan con el fútbol, el truco o cuentan con más tiempo de esparcimiento. Las mujeres, en cambio, no tienen esos espacios. Los Comités muchas veces vienen a ocupar ese lugar, la posibilidad de juntarse, hablar, compartir, proyectar y festejar juntas. Eso tiene un enorme valor para cada una, las fortalece a ellas y al tejido comunitario. El espacio de los Comités les permite gestionar proyectos juntas y compartir procesos de aprendizaje”, comentó.
Y agregó: “Hemos visto a muchas mujeres transitar profundos aprendizajes como la desnaturalización de la violencia, el animarse a hablar en público y ocupar espacios de decisión. No deja de sorprendernos siempre la enorme valentía y predisposición al trabajo que ellas tienen”.
En la misma línea, Vilma Melgarejo afirmó que buscan ser escuchadas por las autoridades. “Nuestro objetivo es ir creciendo juntas, aprender, fortalecernos como mujeres, ser vistas y escuchadas por la sociedad, por las autoridades a nivel distrital, departamental y por qué no a nivel nacional. Que los políticos ya no nos vean, no solamente en tiempo de elecciones, que también vean nuestras necesidades”, enfatizó.
Ejerciendo el derecho a peticionar a las autoridades
Desde el Comité de Mujeres Hortigranjeras también se organizan para mejorar su comunidad y fortalecer las instituciones públicas para el abordaje de casos de violencia intrafamiliar.
Recientemente, solicitaron al intendente Gustavo Javier Cano, la creación de una Secretaría de la Mujer en la Municipalidad de Raúl Peña y que la Comisaría cuente con una agente policial femenina para la recepción de denuncias de violencia de género. Aún esperan respuesta a sus pedidos.
Sostener la organización no es tarea sencilla, sobre todo por falta de un espacio propio. “Nuestra dificultad es no contar con un espacio o local donde nosotras podamos hacer nuestras reuniones, charlas o talleres. Solemos juntarnos en el salón comunitario, a veces se nos permite usar solamente las sillas, nos cierran la puerta, no podemos ni usar el sanitario. A veces toca juntarnos en la plaza estar ahí paradas con criaturas, sí es los fines de semana no podemos luego usar el salón, hemos llegado usar el tinglado del colegio con el permiso de la directora”, comentó Vilma Melgarejo.
Son varias las adversidades que enfrentan desde el Comité, sin embargo, mantienen la esperanza. “Esto siempre enfrentamos con muchas paciencia y con la fe puesta en Dios, esperamos que un día también podamos contar con un local propio”, finalizó Vilma Melgarejo.
Mirando al futuro, Karin Scholler de SEDi, manifestó: “El éxito de nuestro trabajo sería que algún día nos retiremos del acompañamiento y el Comité Distrital continúe trabajando y creciendo. Que tengan nuevas articulaciones, apoyos y las mujeres tengan toda la capacidad de autogestionarse”, concluyó.
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