Durante el Roa Bastos Fest, festival de periodismo, literatura y arte realizado en Atyrá, uno de los principales temas debatidos fue el ambiente, la relación de este con la literatura y cómo estas problemáticas pueden ser abordadas en el periodismo.
Maximiliano Manzoni, periodista y activista por el cambio climático, presentó la charla: «Un país detrás de la lluvia: lo que deja la narrativa de Roa y el cambio climático».
Este espacio estuvo centrado en la novela perdida de Augusto Roa Bastos titulada «Un país detrás de la lluvia». En la misma, habló de cómo esta tiene una fuerte relación con los trazos de la narrativa ambiental de Roa.
Maximiliano, director de Consenso, un medio sobre clima, justicia y desinformación, indicó que «el cambio climático es el tema más urgente de nuestra época». Resaltó que de alguna manera todos ya hemos sido tocados por «un apocalipsis atmosférico en cámara lenta», a través de fenómenos como las olas de calor, inundaciones o sequías.

Cómo aplicar la mirada ambiental de Roa al periodismo
Analizando la narrativa de Augusto Roa Bastos, Manzoni refiere que existen tres principios fundamentales para hacer periodismo climático. Estos hacen referencia al clima como mirada, justicia como objetivo y desinformación como desafío.
Maximiliano explica que aplicando estos principios se logra trabajar para investigar los intereses de aquellos que impulsan fenómenos como la desinformación. De esta manera, también es posible proteger a comunidades vulnerables.
“En cuanto a la justicia, debemos comprender que el cambio climático no sólo empeora inundaciones o sequías, empeora desigualdades. Recientemente, con Consenso logramos proteger 35 mil hectáreas de tierras indígenas de minería ilegal de litio e impulsamos políticas de protección al calor en escuelas”, afirma Manzoni.
El desafío de investigar y publicar problemáticas medioambientales
No obstante, Maximiliano reconoce el desafío que representa exponer esta problemática en la sociedad actual, más aún cuando se hace frente a poderosas entidades.
“Para las grandes empresas de combustibles fósiles no es necesario convencer al público de que el combustible es bueno, sino de que es imposible construir una sociedad sostenible. La atención es el elemento que define nuestra época, tenemos el doble trabajo de narrar la historia y de convencer a la sociedad de que eso es importante. Para ello, debemos enfrentarnos a la estructura”, manifiesta Maximiliano.
También, resalta el peligro de los elementos distractores que tienen como fin retrasar y distraer a las audiencias.
“Contaminar la información no solo es el acto de mentir, es el acto de distraer, de atrasar. Seamos capaces de observar a la desinformación no como la causa, sino como el síntoma. Busquemos construir una cultura diferente sobre el modo de narrar”, añade Maximiliano.
La narrativa medioambiental de Roa
Los factores más destacados de esta relación narrativa-ambiental se originan a través de los intereses detrás de la guerra del Chaco, que son principalmente motivados por la búsqueda de recursos como el petróleo. Esto abarca el comienzo de la marcha al Este, proceso que cambia la estructura agrícola del Paraguay; y la globalización, cuando durante la Convención del Río nace el concepto de “desarrollo sostenible”.
Roa Bastos reconocía que el problema no estaba en el cielo. Apuntaba a que estaba aquí, entre nosotros. Por ese motivo, hablaba de un desafío mucho más vasto e importante que uno político o moral: un reto civilizatorio.
“Roa entendía que el karaku de la cuestión era, en realidad, la forma en la que construimos la idea del “progreso”. Diseñamos un mundo, pensando en un mundo que ya no existe. El plan de Itaipú, por ejemplo, no considera el cambio climático, por ello necesitamos construir una idea de futuro realista”, menciona Manzoni.
Siendo entendedor de este fenómeno, Roa Bastos entrega su nombre para numerosas iniciativas críticas de los impactos de la globalización en la “salud humana, la salud ecológica y la salud del planeta”.
Finalmente, Manzoni dio lectura a la frase de Roa, de 1986: “Escribo, pues, para tratar de impedir que, en este planeta amenazado de extinción, el temor a la muerte se me duplique en temor a la vida”, concluyó.