En los años 60 del siglo pasado, la ruta 1 —que actualmente se llama ruta PY01, que une a Asunción con Encarnación— todavía estaba en construcción, a cargo de cuadrillas de obreros y técnicos militares del arma de ingeniería. Establecidos en precarios campamentos, en la ciudad de San Ignacio, Misiones, los constructores de la vía preguntaban en donde podían comer “algo rico”. Los pobladores les indicaban que acudan a doña Luisa Insaurralde, una mujer conocida por su gran habilidad en la cocina.
“Fue así como doña Luisa empezó a ofrecer viandas de comidas a los trabajadores de la ruta y luego a los choferes y viajeros, desde un pequeño salón frente a la plaza hoy denominada San Roque González de Santacruz, el principal espacio verde de nuestra ciudad. Su marido, don Mario Amado, era popularmente conocido por su apodo Piringo, una de las maneras de llamar al ave Pirincho o a la Piririta. Fue así como la gente le dio nombre al local de doña Luisa, al decir: Vamos a comer a lo de Piringo”, relata Margarita Ortiz Benítez, la actual gerente propietaria del Gran Hotel Parador y Restaurant Piringo, quien heredó con su familia la tradición del local gastronómico.
Ubicado en el kilómetro 225 de la ruta PY01, a la entrada de San Ignacio, a mano derecha yendo desde Asunción, el local se ha convertido en la parada obligatoria de la mayoría de los ómnibus de pasajeros y de los viajeros que se desplazan en sus propios vehículos, ya sea para disfrutar de un rico desayuno, almuerzo o cena, o simplemente para recargar fuerzas con unas ricas empanadas caseras, en sus diversas opciones, que también incluye a la empanada hecha de cecina (carne seca) o chastaka.
Uno puede elegir los populares platos del menú, anunciados en una pintoresca pizarra, como un locro con puchero, bife koygua, bife a lo piringo, picadito de carne, milanesas de carne vacuna o pollo, mandi’o chyryry, sopa paraguaya o la característica chastaka con arroz. El batiburrillo o el chorizo misionero, entre otras delicias de la gastronomía misionera, suelen aparecer en los días especiales. En los exhibidores hay siempre comida ya hecha para los que tienen más prisa o desean “para llevar”, entre exquisitos pancitos caseros.
Antes de establecerse en e lugar actual, Piringo estuvo ubicado en el cruce de la ruta 1 y la ruta cuarta que conduce a Pilar. Desde hace varios años, el local es también un hotel con cómodas habitaciones y recientemente incorporó una posada turística denominada La Margarita.
En el amplio salón del restaurante llama la atención una especie de museo en donde se observan colecciones de antigüedades, además de obras artísticas de escultores locales, realizaciones en piedra con el estilo del arte sacro jesuítico, que generalmente se ofrecen a la venta.
La gerente propietaria de Piringo, Margarita Ortiz Benítez, además de ser una reconocida gestora de turismo y cultura en la región, ocupa actualmente la función de directora de turismo de la Municipalidad de San Ignacio.