Ingresar a un país simbólico o imaginario también requiere de un pasaporte especial. Por eso, los organizadores del Chipá Rape 2025, en la denominada “República del Chipá” (la ciudad de Eusebio Ayala, antiguamente Barrero Grande y Jukyty, en Cordillera) se ocuparon de proveer a todos los participantes de un pintoresco pasaporte, con un chipá argolla en el escudo, que debía ser presentado en cada parada y obtener un sello de constancia de haber visitado el lugar.
El Chipa Rape es una experiencia que iniciaron en 2015 los integrantes de la Asociación Cultural Jukyty, en Barrero, como parte de una serie de actividades de rescate de la memoria histórica y cultural de su comunidad. También iniciaron el Mita Rape, una reivindicación de los niños soldados que participaron de la Batalla de Acosta Ñu, durante la Guerra de la Triple Alianza (1864-1870) en inmediaciones de la actual ciudad.
“Nuestra querida ciudad y toda esta región tiene una historia muy rica, no solamente por haber sido escenario de una de las más célebres batallas de la Guerra Guasu, sino también por ser el centro de elaboración del chipá, el verdadero pan paraguayo, pero esa historia se estaba perdiendo un poco, por la falta de un espacio que actúe como referente de su revalorización” nos contaba Papu Almide Alcaraz, uno de los principales referentes de la asociación, reconocido gestor cultural cordillerano y también miembros del equipo consultor de El Otro País.
Desde 2015, cada Jueves Santo, los miembros de la organización ciudadana realizaban un viaje a través de la memoria del sabor, recorriendo las principales chiperías de la ciudad, empezando por lo que fue el histórico parador Cavurei, en la entrada de la ciudad, que desde los años 60 se había convertido en el sitio donde los viajeros se detenían para probar el famoso Chipá Barrero, iniciado por el pionero gastronómico Juan Ramón Ayala, recientemente fallecido.
Durante el recorrido, a través de danzas y representaciones teatrales, jóvenes artistas narran la historia de cómo la ciudad se fue convirtiendo en la República del Chipá, una de las principales ciudades de referencia donde se elabora el clásico pan guaraní. Hace un par de años, debido a la falta de apoyo institucional, la actividad tuvo que ser suspendida, hasta que pudo retornar en 2025, esta vez con apoyo de la Municipalidad de Eusebio Ayala, la Gobernación de Cordillera y la Secretaría Nacional de Turismo (Senatur).
El chipá, ayuda económica y educativa
Desde la céntrica plaza Independencia, el recorrido inicia con la primera parada en la popular chipería María Ana, en donde su propietaria, María Ana López, recibe a los visitantes. Tras un momento de danza y cantos, con participación del Elenco Folklórico Jukyresa Jeroky y la actuación de la reconocida cantante barrereña Chabely Fretes, la propia María Ana conduce a conocer los espacios donde se preparan y cocinan los chipás en gigantescos tatakua (hornos de barro), al estilo más tradicional.
María Ana cuenta que ella empezó como chipera vendedora ambulante frente al mítico parador Cavureí (ya desaparecido) en los años 70, y que poco a poco fue haciendo crecer su emprendimiento, hasta contar con los locales más visitados al costado de la Ruta PY02, en donde da trabajo a cientos de mujeres y hombres de la región, brindando oportunidades prioritarias a las madres solteras, ya que ella misma fue madre soltera que tuvo que sacrificarse con mucho esfuerzo para salir adelante.
“En nuestra chipería damos prioridad a las madres solteras como trabajadoras, porque merecen una oportunidad para salir adelante. Gracias a que nuestras compañeras chiperas son muy constantes, muchos de sus hijos han podido ir a la universidad, y muchos de ellos ya don doctores, arquitectos, ingenieros, abogados. Es una satisfacción muy grande poder ver lo mucho que han logrado”, le gusta relatar a María Ana.
El tour siguió por el local de Chipá Barrero, del legendario Juan Ramón Ayala, quien fue el iniciador de toda una estirpe de chiperos y chiperas, quien se volvió famoso por su grito promocionando el “¡Chipá barreeeero!” a viva voz, grabación que sobrevive en los móviles de su marca, que recorren todos los rincones del país.
Juan Ramón Ayala falleció en junio de 2023, pero su legado sobrevive. Su viuda y su hija recibieron a los participantes del Chipá Rape ofreciendo degustaciones de su exquisita producción. También los bailarines del ballet Jukyresa Jeroky ofrecieron una emotiva danza, caracterizados con la habitual forma de vestir de los chiperos de la empresa.
El recorrido abarcó además las conocidas chiperías Leticia y Santo Domingo, con más números artísticos y degustaciones, observaciones de las instalaciones, para concluir con una jornada en la Plaza Independencia, en donde siguió el tradicional Chipá Apó, en donde los participantes pudieron amasar y cocinar sus propias chipas, con un espacio cultural y la presentación de la Escuela Municipal de Danzas Barrero Poty, Elenco Folklórico Jukyresa Jeroky y la Academia de Danzas Yvaga Rapé, con un concierto final de Chabely Fretes.
El chipá, un emblema nacional
Aunque el chipá es un patrimonio cultural y gastronómico de todo el Paraguay, compartido con otros países de la región, pocas ciudades tienen tantas chiperías y establecimientos dedicados a producción como la localidad de Eusebio Ayala.
Papu Almide dice que la historia del chipá en la región es muy antigua y proviene de la tradición culinaria de los indígenas guaraníes, en base al histórico “mbuyape”, que fue evolucionando con la llegada de los misioneros jesuitas, pero no hay dudas que quien inició el boom de la producción masiva fue el legendario chipero Juan Ramon Ayala, creador del “chipá barrero”.
“Juan Ramón acostumbraba decir que el él le dio el apellido a nuestra ciudad, con su marca ‘chipá barrero’, pero luego surgieron otros emprendedores que avanzaron mucho más, como la querida María Ana, a quien llamamos ‘la reina del chipá’. Ella además le dio un sentido social, al proteger a las madres solteras y utilizar el emprendimiento para apoyar la educación”, destaca Almide.
El gestor cultural sostiene que el chipá es una seña de identidad de los paraguayos y destaca las investigaciones de la historiadora y experta en antropología culinaria Margarita Miró Ibars, quien en su libro “Alimentación y religiosidad popular” describe 70 formas diferentes de preparar el alimento. Se trata de un estudio completo sobre la religiosidad popular y su relación con la alimentación, y los usos que aún se mantienen intactos en el interior del país.
“Hoy es imposible concebir a la conmemoración de la Semana Santa paraguaya sin el chipá y es una oportunidad muy valiosa para todos los emprendedores gastronómicos”, destaca Papu Almide.