Del Caribe a Asunción: la comunidad cubana que construye futuro en Paraguay

En cada historia de quienes dejaron su tierra hay un aprendizaje sobre comenzar de nuevo. Los cubanos en Paraguay hacen comunidad y aportan a un país que los recibió con los brazos abiertos, a través de emprendimientos, cultura y apoyo mutuo.

La colectividad cubana en Paraguay, al igual que muchas otras comunidades migrantes, ha logrado afianzarse con esfuerzo y perseverancia. Entre emprendimientos gastronómicos, locales culturales y grupos de apoyo, los cubanos encontraron formas de sentirse en casa aun estando lejos de su tierra.

En conversación con Iván Blanco y Carlos Carrera, dos cubanos que hoy residen en el país, relatan su recorrido desde su país hasta Paraguay. Ambos coinciden en el motivo principal que los impulsó a migrar: la falta de oportunidades y las diferencias con el régimen político que rige su país desde hace más de seis décadas.

De Cuba al Paraguay: caminos distintos, un mismo propósito

Iván Blanco llegó durante los últimos meses de la pandemia. Su travesía comenzó en Guyana, uno de los pocos países que no exige visa a los cubanos. De allí cruzó a Brasil y luego ingresó a Paraguay por Ciudad del Este. Eligió este destino —dice— porque sabía que aquí lo esperaba una comunidad dispuesta a recibirlo “con los brazos abiertos”.

Carlos Carrera, por su parte, recuerda que su viaje estuvo marcado por una estafa. Su destino inicial era Ecuador. Sin embargo, tras descubrir la trampa y recibir amenazas, optó por continuar hasta Paraguay, donde finalmente logró asentarse.

Ambos coinciden en que el clima paraguayo fue uno de los primeros grandes desafíos. “El calor es mucho más persistente y el frío más intenso que en Cuba”, cuenta Blanco.
Mientras tanto, Carrera agrega que también le costó adaptarse al idioma. “El yopará fue un reto. No entendía muchas expresiones al principio, pero hoy ya lo siento parte del día a día”.

Carlos Carrera junto al equipo de trabajo del negocio Oye Chico Bar. Gentileza Instagram Carlos Carrera.

Una comunidad que se sostiene en la solidaridad

Actualmente, la Asociación de Cubanos Residentes en Paraguay, presidida por Carrera, estima que entre 2.500 y 3.000 cubanos viven en el país, según datos del CONARE. La mayoría reside en Asunción, aunque también hay familias en ciudades del interior.

“Tenemos un grupo de WhatsApp con más de 300 cubanos”, cuenta Blanco. “Ahí nos ayudamos entre todos, ya sea con donaciones, apoyo económico o simplemente acompañamiento. La solidaridad es lo que nos mantiene unidos”, puntualiza.

Sin embargo, no todo ha sido fácil. Blanco lamenta la falta de apoyo de la embajada cubana en Paraguay, que —según dice— considera “traidores” a quienes abandonan su país. “Nos dicen que no tienen recursos, pero cuando hay alguna festividad, lo celebran a lo grande”, comenta con ironía.

Carrera, en cambio, destaca el crecimiento de la colectividad. “Cada año llegan más compatriotas. Creo que se debe a la calidez del paraguayo y a la estabilidad económica que ofrece el país”, sostiene.

Culturas que se unen

Entre las costumbres que unen a ambos pueblos, Blanco menciona la fe y la religiosidad popular. En el Rincón de San Lázaro, muchos cubanos cumplen promesas, en una práctica que recuerda a la peregrinación a la Virgen de Caacupé.
“Es algo que nos conecta espiritualmente con Paraguay. Las promesas y la devoción son parte de nuestras raíces”, comenta.

En su hogar, Blanco mantiene viva la gastronomía cubana, pero también adoptó los sabores locales. “Nos encanta el mbeju, el chipá y el chipaguasú. Son parte de nuestra mesa ahora”, dice entre risas.

El Rincón de San Lázaro, cubanos acuden al lugar para cumplir sus promesas / Gentileza Café Fuerte.

Oye Chico Bar: un rincón caribeño en Asunción

Uno de los espacios que mejor representa la integración cultural es el Oye Chico Bar, fundado por Carlos Carrera. “Comencé con una barra móvil y luego formé la Academia Paraguaya de Coctelería”, recuerda.

De ese sueño, nació un lugar que respira Cuba: música latina, gastronomía caribeña y mucha alegría. El menú ofrece el clásico sándwich cubano, y en las bebidas destacan los cócteles típicos de la isla.

Además, el bar dicta clases de salsa y bachata, convirtiéndose en un punto de encuentro para paraguayos y extranjeros. “Queríamos un espacio donde compartir lo mejor de nuestra cultura y también aprender de la local”, explica Carrera.

Vista del emprendimiento Oye Chico Bar. Gentileza Tripadvisor.

Emprender desde la nostalgia

Otro proyecto que surgió de esta comunidad es “Los Cubanitos”, un emprendimiento liderado por Iván Blanco y un compatriota. Elaboran un maní al estilo cubano que planean distribuir en todo el país.

El sueño es que llegue a las despensas paraguayas y, en el futuro, contribuir con el programa Hambre Cero en las escuelas”, adelanta Blanco.

Más que migrantes, constructores de comunidad

Entre recuerdos, acentos mezclados y nuevas costumbres, la colectividad cubana en Paraguay demuestra que la migración también puede ser una historia de aporte y transformación.

Desde sus emprendimientos y redes de apoyo, encontraron la manera de convertir la distancia en comunidad y de sembrar raíces donde antes solo había incertidumbre.

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